Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 13 de julio de 2009

Siervo de Dios Jerzy Ciesielski


El Siervo de Dios Jerzy Ciesielski nació el 12 de febrero de 1929 en Cracovia en un hogar profundamente religioso. Su educación primaria, secundaria y universitaria tuvo lugar en Cracovia donde se graduó de ingeniero civil. Deportista, amante del remo, instructor de esquí, durante sus estudios universitarios entro en contacto con el capellán universitario Jan Pietraszko en la colegiata Santa Ana y mas tarde con Karol Wojtyla, capellán en la Iglesia San Florián, donde llega a ser figura testimonial de Srodowisko. En 1957 se caso con Danuta Plebaczyk y tuvieron tres hijos. Junto a su esposa Danuta, vivieron la espiritualidad conyugal y familiar inspirados en las enseñanzas que compartían con los grupos de familia formados en torno a Jan Pietraszko y Karol Wojtyla.
Nunca olvidaré - recordaba Juan Pablo II en Cruzando el umbral de la esperanza - a un muchacho, estudiante del politécnico de Cracovia, del que todos sabían que aspiraba con decisión a la santidad. Ése era el programa de su vida; sabía que había sido "creado para cosas grandes", como dijo una vez San Estanislao de Kostka. Al mismo tiempo no tenía duda alguna que su vocación no era ni el sacerdocio ni la vida religiosa; sabía que tenía que seguir siendo laico. Le apasionaba el trabajo profesional, los estudios de ingeniería. Buscaba una compañera para su vida y la buscaba de rodillas, con la oración. No podré olvidar una conversación en la que, después de un día especial de retiro, me dijo: "Pienso que ésta debe ser mi mujer, es Dios quien me la da". Como si no siguiera las voces del propio gusto, sino en primer lugar la voz de Dios. Sabía que de Dios proviene todo bien, e hizo una buena elección. Estoy hablando de Jerzy Ciesielski, desaparecido en un trágico incidente en Sudán, donde había sido invitado para enseñar en la universidad, y cuyo proceso de beatificación ha sido ya iniciado."
Jerzy y Danuta supieron traducir el dinamismo del don de si mismo en servicio mutuo, a la familia y a su entorno, llevando el Evangelio a la vida cotidiana. El ideal de santidad impregnaba todas las dimensiones de su vida. Su consigna conyugal se renovaba a diario en la oración conjunta. Jerzy, hombre de oración, devoto de la Eucaristía y de la palabra de Dios, buscaba elaborar un estilo cristiano integral, no limitando los encuentros a fiestas de baile o excursiones en kayak sino reforzando aquellas relaciones con oración, reflexión y debates. Los encuentros tomaron forma de seminarios durante los cuales se discutían problemas de la vida conyugal y familiar. Después de un tiempo dedicado a compartir experiencias personales, tomaba la palabra Karol Wojtyla y explicaba las enseñanzas de la Iglesia. Se comentaba que las respuestas de “Wujek” (tio, como lo llamaban a Karol Wojtyla en la época del régimen comunista) - no siempre eran fáciles y requerían esfuerzo para su comprensión y su realización.

En su discurso celebrando el VI centenario de la Facultad de Teología de la Universidad Jaguellonica en Cracovia el Siervo de Dios Juan Pablo II recordaba a Ciesielski como hombre de ciencia vinculado al ambiente científico de Cracovia y profesor en el Politécnico de Cracovia. Para nuestra generación” - decía - fue un particular testigo de esperanza. Su pasión científica estuvo indisolublemente unida a la conciencia de la dimensión trascendente de la verdad. A su escrupulosidad de científico se unía la humildad del discípulo para escuchar lo que la belleza del mundo creado revela del misterio de Dios y del hombre. De su servicio de científico, del "servicio del pensamiento", hizo un camino hacia la santidad”.
Jerzy Ciesielski, hombre de profunda fe quedo inscripto para siempre en el patrimonio espiritual de Cracovia. El 31 de diciembre de 1985 tuvo lugar la apertura de la investigación diocesana para el proceso de beatificación y canonización y en 1995 fue sometida la Positio a la Congregación para las Causas de los Santos.

Durante su viaje apostólico a Benin, Uganda y Khartoum (Sudan) en la celebración eucarística en honor a la beata Josefina Bakhita el Siervo de Dios Juan Pablo II recordaba a su apreciado discipulo y amigo, que durante algunos años fue profesor visitante en la Universidad de Khartoum, pero en 1970 murió trágicamente en el Nilo junto con sus dos hijas.
Invito visitar mis posts relacionados con Jerzy Ciesielsky :

2 comentarios:

Marta Salazar dijo...

extraordinario! reconfortante, animante! gracias Ljudmila!

Ludmila Hribar dijo...

Gracias por tu visita Marta y tus palabras de aliento. Buenas vacaciones!