Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 8 de abril de 2011

Juan Pablo II en la Argentina 1987 (14) con la comunidad judía en Buenos aires


Al llegar nuevamente a Buenos Aires y trasladarse a la Nunciatura Apostólica se encontró que la gente lo reclamaba y debió salir al balcón a saludar…..

Venia de Paraná, tierra de inmigrantes, donde celebró una conmovedora liturgia Nuestros antepasados . . . reconociendo que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra . . . buscaban una patria” (Hb 1, 13-14)

y terminaba su homilía-oración

El Señor “convirtió el desierto en un lago, / y la tierra reseca en un oasis: / allí puso a los hambrientos, / y ellos fundaron una ciudad habitable” (Sal 107 [106], 25-36.

¡La Ciudad permanente! ¡La Jerusalén celestial! Amén.”

Significativamente este Papa tan íntimamente ligado a la comunidad judía, sus “hermanos mayores”, ya desde su natal Wadowice (invito leer el post Las “raices” judìas de Karol Wojtyla por Gian Franco Svidercoschi) concluía el día con un encuentro en la Sede de la Nunciatura con representantes de la comunidad judía.

En su discurso el Papa agradeció su presencia y el deseo de encontrarse con él. Les recordaba que “sus encuentros con representantes de la comunidad judía constituyen desde el comienzo de mi pontificado, una cita frecuente, durante mis visitas a los diversos países. Esto no es algo casual, ni fruto solamente de un deber de cortesía.”

Y agregaba

“Bien sabéis que, desde el Concilio Vaticano II y su Declaración Nostra Aetate (cf. Nostra Aetate, 4), las relaciones entre la Iglesia católica y el Judaísmo han sido puestas sobre una nueva base, que es en realidad muy antigua, puesto que toca a la cercanía de nuestras respectivas religiones, unidas por aquello que el Concilio llama precisamente un “vínculo” espiritual.

Los años sucesivos, y el progreso constante del diálogo por ambas partes, han ahondado todavía más la conciencia de ese “vínculo” y la necesidad de afianzarlo siempre en el mutuo conocimiento, estima y superación de los prejuicios que en épocas pasadas nos han podido separar.”

Terminaba saludando “La paz con vosotros Shalom alehém

Muchas gracias tôdah rabâh.

5 comentarios:

Cad dijo...

¡Hola Ludmila! hace poquitos días he descubierto tu blog. Nada es casual y todo es providencial...porque me estás ayudando a conocer más la gran personalidad de Juan Pablo II. Gracias por tu trabajo....¡Que Dios te bendiga!
Rosa

Ludmila Hribar dijo...

Bienvenida Rosa y muchas gracias por tus palabras. Trato se sembrar con la ayuda de Juan Pablo II ;)

Marta Salazar dijo...

bien!!!

Ludmila Hribar dijo...

gracias Marta ;)

Mento dijo...

Ludmila nuestro Santo Padre Juan Pablo II va a necesitar muchos obreros como tú dispuestos a sembrar, gracias por hacerlo.