Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 13 de septiembre de 2012

Libano (2) Beirut ante la visita del Santo Padre Benedicto XVI - un poco de historia


(imagen de Wikipedia,  la Catedral maronita de San Jorge junto a la mezquita Mohammad Al-Amin)


(texto tomado de VIS)
“El nombre Beirut es probablemente de origen cananeo (bis'rot) , plural de “biir” (pozo), con referencia a las faldas acuíferas del subsuelo. Mencionada en las crónicas egipcias del segundo milenio antes de Cristo, era famosa por la actividad de los marineros y comerciantes fenicios y obtuvo el estatuto de colonia romana en el año 14 a.d.C, llamándose Colonia Julia Augusta Felix Berytus. Destruida por un sismo y un maremoto en el 551, la ciudad estaba en ruinas a la llegada de los musulmanes en el 635. La Primera Cruzada entra en 1110 y, con la expulsión definitiva de los cruzados en 1229, Beirut pasa bajo el reino de los Mamelucos, convirtiéndose en el puerto regional para el comercio de especias con las Repúblicas Marineras de Venecia y Génova.

Ocupada por los Otomanos en 1516, su población crece progresivamente debido a su importancia comercial y al éxodo masivo de prófugos cristianos que escapaban de la masacres en las montañas libanesas en 1860. Tras la pacificación por obra de las Grandes Potencias, llegan los misioneros protestantes (Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania) y católicos, sobre todo de Francia. Los misioneros evangélicos estadounidenses fundan la American University of Beirut (1866), mientras los jesuitas construyen la Université Saint-Joseph en 1881. Gracias al desarrollo de la tipografía en árabe, así como en inglés y francés la ciudad empieza a transformarse en la punta de lanza del periodismo y la cultura en los países árabes.

Al final de la I Guerra Mundial y con la ruina del Imperio Otomano, el Líbano pasa bajo el mandato francés. Después de la independencia en 1943 y gracias a un clima de apertura intelectual y economía liberal, Beirut se transforma en un centro regional para el comercio, los negocios, la financia y el turismo, dando así a Líbano, el apodo de “Suiza de Oriente Medio”. La expulsión de la guerrilla palestina de Jordania en 1970 es clave para la historia moderna del país. La central político-militar se traslada a Líbano, haciendo de catalizador para las tensiones entre las comunidades cristianas y musulmanas en la nación. La guerra de 1975 a 1991 destroza las infraestructuras de la capital y la economía.
La entidad de la destrucción genera la necesidad urgente de planificación urbana y, al mismo tiempo, permite la reconstrucción del centro de la ciudad y de sus infraestructuras. Casi todos los inmuebles del centro, muy perjudicados, son demolidos. A falta de censo oficial, se estima que la población de la “Gran Beirut” es de un millón y medio de habitantes, poco menos de la mitad de la población del país.

Beirut tiene cinco diócesis: Beirut de los Maronitas (sede episcopal desde 1577) archieparquía que cuenta con 232.000 fieles y cuyo arzobispo es monseñor Paul Youssef Matar; Beirut de los Greco-Melkitas (siglo IV) y Jbeil de los Greco-Melkitas (sub-urbicaria, 1881), metropolia, cuyos fieles son 200.000, el arzobispo es monseñor Cyril Salim Bustros: Beirut de los Armenios (1928, 1929), metropolia y eparquía propia de la Iglesia patriarcal de Cilicia de los Armenios cuyos fieles son 12.000 y el eparca es Su Beatitud Nerser Bedros XIX Taarmouni, patriarca de Cilicia de los Armenios; Beirut de los Caldeos (1957) con 19.000 fieles y cuyo obispo es monseñor Michel Kassarji; Beirut de los Sirios (1817), eparquía propia de la Iglesia patriarcal de Antioquia de los Sirios, con 14.500 fieles confiados a Su Beatitud Ignace Youssif III Younan.
El vicariato apostólico es Beirut de los Latinos que tiene 10.000 fieles y cuyo vicario es monseñor Paul Dahdah O.C.D".

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