Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la dedicación de la Basílica Lateranense,
"Omnium Urbis et Orbis Ecclesiarum Mater et Caput"
("Madre y Cabeza de todas las Iglesias de la Urbe y del Orbe"), la catedral de Roma, que hizo construir el Emperador Constantino y que inicialmente fue dedicada al Santísimo Salvador; luego, bajo el pontificado de San Gregorio Magno, fue dedicada también a los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista, al cada uno de los cuales estaba consagrado un oratorio anexo al baptisterio.
La Basílica de Letrán, con los edificios adyacentes, fue durante muchos siglos sede habitual del Obispo de Roma. En ella se celebraron cinco Concilios Ecuménicos, entre 106 cuales en 1215, siendo Papa Inocencio III, el Lateranense IV, al que los historiadores consideran el Concilio más importante de la Edad Media. Durante mil años la historia de la Roma cristiana gravitó en torno a esa basílica, que Papas, Emperadores, Reyes y fieles fueron enriqueciendo, poco a poco, con preciosos donativos y espléndidas obras de arte, signo de su intensa fe en Cristo.
Al recordar la originaria dedicación de la catedral de Roma a Jesús Salvador del mundo, la festividad litúrgica de hoy nos invita a meditar en uno de los misterios fundamentales de la revelación cristiana:
¡Jesús de Nazaret, Mesías, Señor, Hijo de Dios,
La Basílica de Letrán, con los edificios adyacentes, fue durante muchos siglos sede habitual del Obispo de Roma. En ella se celebraron cinco Concilios Ecuménicos, entre 106 cuales en 1215, siendo Papa Inocencio III, el Lateranense IV, al que los historiadores consideran el Concilio más importante de la Edad Media. Durante mil años la historia de la Roma cristiana gravitó en torno a esa basílica, que Papas, Emperadores, Reyes y fieles fueron enriqueciendo, poco a poco, con preciosos donativos y espléndidas obras de arte, signo de su intensa fe en Cristo.
Al recordar la originaria dedicación de la catedral de Roma a Jesús Salvador del mundo, la festividad litúrgica de hoy nos invita a meditar en uno de los misterios fundamentales de la revelación cristiana:
¡Jesús de Nazaret, Mesías, Señor, Hijo de Dios,
es Quien ha traído la salvación total y definitiva a todos hombres de todos los tiempos
y de todos los lugares!
Juan Pablo II - Ángelus Domingo 9 de noviembre de 1986
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