El 14 de noviembre de 1999 el Santo Padre Juan Pablo II consagraba el altar e inauguraba la capilla Redemptoris Mater - donde se “reflejan las visiones que San Juan tuvo en la isla de Patmos, donde se encontraba «por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús» (Ap 1, 9)” Antes llamada capilla «Matilde», habia cambiado su nombre a «Redemptoris Mater» en el Año Mariano 1987-88; el mismo año fue dada a conocer la encíclica de la « santa Madre del Redentor ».
La restauración y nueva decoración de la capilla era un regalo del Colegio de cardenales a Juan Pablo II con motivo de las bodas de oro sacerdotales celebradas en 1996.
“Me alegra consagrar el altar e inaugurar la capilla renovada – decía el Santo Padre - en cuyos mosaicos revive la riqueza de la tradición oriental, releída con la conciencia de quien conoce también la occidental. Aquí Oriente y Occidente, lejos de contraponerse entre sí, se intercambian los dones, con el propósito de expresar mejor las insondables riquezas de Cristo”.
Mons Marini expresaba en su comunicación que “la Capilla es una invitación a abrir un diálogo entre arte, cultura y fe, temas que a menudo encuentran eco en el pensamiento del Papa y que son parte integrante de su invitación a la Iglesia para que «invente» nuevas vías para la evangelización” a fin de “promover una visión de la Iglesia que respira en su teología, en su liturgia y en su espiritualidad con los dos pulmones del Oriente y del Occidente” interpretando su carta apostólica Orientale Lumen «Las palabras del Occidente necesitan de las palabras del Oriente para que la Palabra de Dios manifieste cada vez mejor sus insondables riquezas»
Juan Pablo II en su homilía de consagración habla brevemente de los trabajos de arte realizados: “En la pared frontal destaca la imagen de la ciudad santa, rodeada de «una muralla grande y alta con doce puertas» (Ap 21, 12). Sobre ella resplandece la gloria de la Trinidad, que ilumina a la multitud de los beatos, situados más abajo, de tres en tres, como iconos vivos del gran misterio. Recorriendo las otras paredes nuestra mirada puede contemplar, a través de imágenes y símbolos, una síntesis grandiosa de toda la «economía» de la salvación. La imagen de la Redemptoris Mater, que resalta en la pared central, pone ante nuestros ojos el misterio del amor de Dios, que se hizo hombre para darnos a nosotros, seres humanos, la capacidad de convertirnos en hijos de Dios (cf. san Agustín, Sermo 128: PL 39, 1997).
“El arte relacional de Rupnik – dice Alfonso Lopez Quintás inspirado en buena medida en los escritos personalistas de Juan Pablo II, quiere expresar la fuerza unificadora de la belleza, vinculada radicalmente a la bondad y la unidad. La belleza, entendida, no como una realidad objetiva que presenta una figura determinada, sino como esa “tercera fuerza” de la que habla un autor oriental admirado por Rupnik: Vladimir Soloviev. Es una “fuerza” que entra en el mundo sin pedir un espacio para ella, sino envolviendo la realidad con una aureola de encanto, traspasándola de luz y dotándola de vida”.
Invito visitar la Capilla en el Sitio de la Santa Sede con lujo de detalles
Y también el blog Aprender Roma – con descripción y comentarios de la Capilla.
1 comentario:
Muchas gracias por el vínculo a mi blog, es un honor.
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