Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 11 de noviembre de 2008

La virtud de la justicia - Juan Pablo II



En sus primeras audiencias el Santo Padre Juan Pablo II continuo desarrollando el programa que había trazado su predecesor Juan Pablo I, quien ya había hablado sobre las tres virtudes teologales fe, esperanza y caridad, y ahora Juan Pablo II continuaba con las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza .
Habló sobre la prudencia en la Audiencia del 25 de octubre - (mi entrada) y en la Audiencia del 8 de noviembre de 1978 acerca de la virtud de la justicia invitando “fijar la mirada en la vida de cada hombre y, a la vez, en la vida de toda la humanidad con la perspectiva de la justicia final
En cierto modo – decía - la justicia es más grande que el hombre, más grande que las dimensiones de su vida terrena, más grande que las posibilidades de establecer en esta vida relaciones plenamente justas entre todos los hombres, los ambientes, la sociedad y los grupos sociales, las naciones, etc. Todo hombre vive y muere con cierta sensación de insaciabilidad de justicia porque el mundo no es capaz de satisfacer hasta el fondo a un ser creado a imagen de Dios, ni en lo profundo de la persona ni en los distintos aspectos de la vida humana. Y así, a través de este hambre de justicia el hombre se abre a Dios que “es la justicia misma”.


[…]No puede existir amor sin justicia. El amor “rebasa” la justicia, pero al mismo tiempo encuentra su verificación en la justicia. Hasta el padre y la madre al amar a su hijo, deben ser justos con él. Si se tambalea la justicia, también el amor corre peligro

[…] Ser justo significa dar a cada uno cuanto le es debido. Esto se refiere a los bienes temporales de naturaleza material. El ejemplo mejor puede ser aquí la retribución del trabajo y el llamado derecho al fruto del propio trabajo y de la tierra propia. Pero al hombre se le debe también reputación, respeto, consideración, la fama que se ha merecido…. es necesario estar profundizando continuamente en el conocimiento de la justicia. No es ésta una ciencia teórica. Es virtud, es capacidad del espíritu humano, de la voluntad humana e, incluso, del corazón. Además, es necesario orar para ser justos y saber ser justos
Invito leer el nro 5 Mayo 2008 de Totus Tuus con los articulos:
Las Virtudes: la justicia del P. Wojciech Giertych, OP
Juan Pablo II: promotor de justicia – del escrito “Historia y profecia al inicio del Tercer Milenio” del Cardenal Roberto Tucci por Domitia Caramazza
La justicia, los derechos y la comunidad de las naciones – Vincenzo Buonomo

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