“Amigos, Jesús es el Señor del riesgo, es el
Señor del siempre «más allá». Jesús no es el Señor del confort, de la seguridad
y de la comodidad. Para seguir a Jesús, hay que tener una cuota de valentía,
hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a
caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran
nuevos horizontes, capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor
de Dios, la alegría que deja en tu corazón cada gesto, cada actitud de
misericordia. Ir por los caminos siguiendo la «locura» de nuestro Dios que nos
enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el
enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y
el emigrante, en el vecino que está solo. Ir por los caminos de nuestro Dios
que nos invita a ser actores políticos, pensadores, movilizadores sociales. Que
nos incita a pensar en una economía más solidaria que esta. En todos los
ámbitos en los que nos encontremos, ese amor de Dios nos invita llevar la Buena
Nueva, haciendo de la propia vida una entrega a él y a los demás. Esto
significa ser valerosos, esto significa ser libres.”
martes, 2 de agosto de 2016
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