“Hoy
quisiera reflexionar brevemente sobre el Viaje Apostólico que he realizado en
los días pasados a Polonia.
La ocasión del Viaje ha sido la Jornada
Mundial de la Juventud, a 25 años de aquella histórica celebrada en Częstochowa
poco después de la caída de la “cortina de hierro”. En estos 25 años, Polonia
ha cambiado, ha cambiado Europa y ha cambiado el mundo, y esta JMJ se ha
convertido en un signo profético para Polonia, para Europa y para el mundo. La
nueva generación de jóvenes, herederos y continuadores de la peregrinación
iniciada por San Juan Pablo II, han dado la respuesta a los desafíos de hoy,
han dado un signo de esperanza, y este signo se llama fraternidad. Porque,
justamente en este mundo en guerra, se necesita fraternidad; se necesita cercanía;
se necesita dialogo; se necesita amistad. Y este es el signo de la esperanza:
cuando hay fraternidad.”
(Papa Francisco en la Catequesis del 3 de agosto 2016)
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