Treinta
años más tarde contará a Malinski: «Llevas encima la sotana, el mantón, el alba
y el birrete, y con todo esto tienes que abrirte camino en la nieve. La nieve
se te pega en el borde de la sotana y ya cuando entras en la primer casa se
derrite. Después, cuando sales, la tela mojada se congela y alrededor de las
piernas se forma una especie de campana dura, que pesa cada vez más y te impide
caminar. Por la tarde arrastras los pies, pero es necesario seguir, porque la
gente espera todo el año este encuentro contigo.»
Celebra
Misa diaria, acoge a los fieles (la “wikarowka”
está siempre abierta), las vísperas de los domingos, el rosario en el mes de
mayo, asiste a los enfermos (a veces en plena noche con veinte grados bajo cero),
administra los sacramentos (en un año bendice en Niegowic trece matrimonios y
bautiza a cuarenta y ocho niños), conduce retiros espirituales, mantiene innumerables reuniones con los jóvenes (acción
católica y de la juventud masculina), entre las cuales la Asociación católica y
la de la juventud de las que está encargado el. ¡Para ser un aprendiz, no le
falta trabajo! […]
Las
vigilias de oración atraen a muchos jóvenes y cuando les propone formar una compañía
teatral, obtiene gran éxito. Karol siento profundo gozo y en dos ocasiones
acompaña a los jóvenes actores a Cracovia. ¡Todo una aventura”! Ocho kilómetros
a pie hasta la estación de Klaj, después el tren que les lleva a la gran
ciudad, donde pueden asistir a verdaderos espectáculos: una vez al teatro
Slowacki, otra al Teatro rapsódico, con gran alegría del amigo Kotlaraczyk.
El
17 de agosto de 1949 Adam Stefan Sapieha pone
fin a esta experiencia campesina de Karol Wojtyla. El príncipe Sapieha decide
trasladarle a la iglesia de San Florián para contribuir a la pastoral juvenil.
Karol no hubiera podido soñar un destino mejor. ¡ La iglesia está situada cerca
del centro de la ciudad, al otro lado de los Planty, a diez minutos de camino
de su amada universidad Jaguelonica! No está
lejos de sus lugares preferidos: el monasterio de Czerna, al oeste de la
ciudad, donde habría deseado vivir en contemplación y también el santuario de
Kalwaria Zebrzydowska, (en la carretera hacia su pueblo Wadowice y
donde hizo su primera peregrinación a pie el 10 de septiembre de 1950). Finalmente, por una extraordinaria coincidencia, el teatro
rapsódico se ha trasladado a dos pasos, en la misma acera, en el n. 5 de la calle
Warszawska. ¡Cuántas veces pasa por la tarde a saludar a los queridos amigos después
del espectáculo…!
El
cura de San Florián padre Tadeusz Kurowski, le acoge amablemente.
Bernard Lecomte: Jean Paul
II Biographie, Editions Gallimard 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario