Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 2 de diciembre de 2025

Los Papas en Turquía, tierra de Concilios donde crece el diálogo por la unidad (Viaje Turquia – Libano Leon XIV – 5 de 5)

 Amedeo Lomonaco de Vatican News nos presenta un breve panorama de los viajes realizados por los últimos Papas a Turquia y comenta

El primer viaje apostólico del Papa León XIV, a Turquía del 27 al 30 de noviembre y luego al Líbano del 30 de noviembre al 2 de diciembre, sigue las huellas de sus predecesores. Pablo VI visitó este país en 1967, Juan Pablo II en 1979, Benedicto XVI en 2006 y Francisco en 2014.

El de Turquía es un viaje a las fuentes de la fe, entre las raíces del cristianismo. El Papa León XIV es el quinto Pontífice en visitar este país. El primer viaje apostólico de su Pontificado, que incluye también el Líbano, se inicia de hecho en Turquía, del 27 al 30 de noviembre, con motivo del 1700 aniversario del Primer Concilio de Nicea que, después de diecisiete siglos, sigue siendo actual. El objetivo es promover la fraternidad y el diálogo entre Oriente y Occidente.

El Pontífice realiza el deseo del Papa Francisco de celebrar el aniversario del histórico evento eclesial convocado por el emperador romano Constantino en el 325 d.C. En la bula de convocatoria del Jubileo, Spes non confundit, Francisco subraya que el Concilio de Nicea "marcó un hito en la historia de la Iglesia" y representa también una "invitación a todas las Iglesias y comunidades eclesiales a seguir avanzando en el camino hacia la unidad visible".

En Nicea se definió el Credo, la profesión de fe cristiana. Esta oración marca también uno de los momentos centrales del viaje apostólico de León XIV: el encuentro ecuménico en las cercanías de las excavaciones arqueológicas de la Basílica de San Neófito en la ciudad de İznik, la antigua Nicea, a unos cien kilómetros de Estambul.

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El viaje apostólico de Pablo VI en 1967

El primer viaje apostólico a Turquía fue realizado por el Papa Pablo VI. Esta visita histórica, que tuvo lugar el 25 y 26 de julio de 1967, se desarrolló en una tierra que sirve de puente entre Europa y Asia.

En el período previo a la llegada del Papa Montini, la expectación era palpable. En Estambul, la antigua Constantinopla y gran metrópolis de Oriente, donde se escribieron páginas ilustres en la historia del cristianismo, la comunidad local se preparaba para el encuentro con el obispo de Roma.

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El abrazo con el Patriarca Atenágoras

Una de las primeras instantáneas, tras el aterrizaje en el aeropuerto de Yeşilköy —que en 1980 sería rebautizado en honor al primer presidente turco, Mustafa Kemal Atatürk—, fue el abrazo fraterno entre el Pontífice y el Patriarca Ecuménico Atenágoras, quienes ya se habían encontrado, por primera vez, en Jerusalén en 1964.

Eran imágenes imborrables acompañadas por las palabras contenidas en la carta del Papa Montini dirigida "al amadísimo hermano" Atenágoras. En este documento, Pablo VI expresaba "el ardiente deseo de ver realizada la oración del Señor: 'que ellos sean uno como nosotros lo somos'".

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El viaje apostólico de Juan Pablo II en 1979



Siguiendo las huellas de Pablo VI, Juan Pablo II viajó a Turquía en 1979.

“Voy a esta Nación —afirmó el Pontífice polaco a su partida— para continuar con renovado interés el esfuerzo hacia la unidad de todos los cristianos, según una de las finalidades preeminentes del Concilio Vaticano II".

El Papa Wojtyła comenzó su peregrinación ecuménica en Ankara. “Es una gran alegría para mí, sucesor de Pedro —dijo a la comunidad católica de esa ciudad—, dirigirme hoy a ustedes con las mismas palabras que San Pedro dirigía hace diecinueve siglos a los cristianos que se encontraban entonces, como hoy, en pequeña minoría en estas tierras”.

Los encuentros con el Patriarca de Constantinopla, Dimitrios, y con el Patriarca armenio, Shnorhk Kalustian, precedieron el abrazo a la comunidad armenio-católica de Estambul. A esta porción del pueblo de Dios les indicó una misión especial: “Ustedes están llamados más que otros a ser los artífices de la unidad”.

 

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El viaje apostólico de Benedicto XVI en 2006

En 2006 viajó a Turquía Benedicto XVI quien, al comienzo de su viaje apostólico, deseó ante todo evocar el recuerdo de las “memorables visitas” de Pablo VI y Juan Pablo II.

"Asimismo, declaró al encontrarse con el Cuerpo Diplomático en Ankara, no puedo menos de hacer memoria del Papa Benedicto XV, artífice incansable de la paz durante la primera guerra mundial, y del beato Juan XXIII, el Papa "amigo de los turcos", que fue delegado apostólico en Turquía y luego administrador apostólico del vicariato latino de Estambul, dejando a todos el recuerdo de un pastor atento y lleno de caridad, deseoso en especial de encontrarse y conocer a la población turca, de la que era huésped agradecido. Por eso, me alegra estar hoy aquí como huésped de Turquía, a la que he llegado como amigo y apóstol del diálogo y de la paz.

 

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El viaje apostólico de Francisco en 2014

Turquía es una encrucijada de encuentro y diálogo. El Papa Francisco, durante el viaje apostólico a Turquía en 2014, alabó el compromiso del país con los refugiados y subrayó su vocación como puente entre continentes y pueblos.

"Turquía, por su historia, por su posición geográfica y por la importancia en la región, aseguraba el Obispo de Roma al reunirse con las autoridades, tiene una gran responsabilidad: sus decisiones y su ejemplo tienen un significado especial y pueden ser de gran ayuda para favorecer un encuentro de civilizaciones e identificar vías factibles de paz y de auténtico progreso".

El Pontífice argentino remarcó luego que "la libertad religiosa y la libertad de expresión, efectivamente garantizadas para todos, impulsará el florecimiento de la amistad, convirtiéndose en un signo elocuente de paz".

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Los pasos de los Papas y Turquía

Turquía está en el corazón de los Pontífices. Pablo VI viajó a este país poco más de 4 años después de su elección al solio de Pedro. Juan Pablo II visitó Turquía un año después de ser elegido Pontífice. También para Benedicto XVI y Francisco, el viaje apostólico a Turquía no estuvo distante de la fecha de su elección.

Mirando la historia, parece que los Papas, después de su elección, quieren enseguida abrazar y besar esta tierra. Ahora el pueblo turco espera a León XIV. El primer viaje apostólico de su Pontificado comienza en esta región del mundo, donde páginas imborrables del cristianismo iluminan caminos ya trazados y aún por completar.

Los de León XIV son pasos nuevos que se añaden en el espíritu del concilio de Nicea. Pasos que dará con el hermano Bartolomé I, siguiendo las huellas de Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, y también de Benedicto XV y Juan XXIII.

Los Papas abrazan Turquía, tierra ligada de modo indisoluble a los orígenes y a la historia de la Iglesia. Los pasos de los Pontífices se suman a los del apóstol de las gentes, San Pablo, que era un judío de Tarso, en la actual Turquía.

León XIV, en esta tierra de Concilios, que tuvo un papel primario en los albores del cristianismo, renueva la misión de Pedro en la recta final del Año Santo de la Esperanza, que se proyecta hacia la Luz de la Navidad.

(Leer articulo completo en Vatican News)

 

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Tras los pasos de los Papas en Líbano, “País mensaje” para la paz (Viaje Leon XIV Turquia – Libano 4 de 5)

(Beirut - vista)

Con motivo del primer viaje apostólico del Papa León XIV a Turquía (Türkiye) y Líbano, Amedeo Lomonaco en Vatican News recorre algunos momentos de las visitas de los Pontífices a la “tierra de los cedros”. Visitaron este país Pablo VI en 1964, para hacer una escala antes de su peregrinación a la India, Juan Pablo II en 1997 y Benedicto XVI en 2012.

El de Líbano es un viaje en la ruta de la paz. El Papa León XIV, después de su viaje a Turquía (Türkiye), se dirige a este país del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 2025.

Con ello, cumple el deseo de su predecesor Francisco, quien hubiera querido visitar el “País de los cedros”. El objetivo del primer viaje apostólico de León a esta tierra del “Cercano Oriente”, en la costa oriental del Mar Mediterráneo, es llevar esperanza a una región marcada por conflictos y fortalecer el diálogo interreligioso.

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Pablo VI y la escala en Beirut en 1964

El primer Pontífice en pisar suelo libanés fue Pablo VI, el 2 de diciembre de 1964. No se trató de un viaje apostólico propiamente dicho, sino de una breve escala que precedió la peregrinación a la India con motivo del Congreso Eucarístico de Bombay.

Cuando el avión del Papa aterrizó en la pista del aeropuerto de Beirut, las campanas de todas las iglesias de la ciudad tocaban a rebato. A este “coro”, según informa L'Osservatore Romano en la crónica de esa jornada, se asociaron también las iglesias ortodoxas. Las imágenes de archivo muestran a una multitud de miles de libaneses alrededor del aeropuerto. También se aprecian grupos de personas en los balcones y ventanas tratando al menos de vislumbrar al Pontífice.

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Juan Pablo I y el Líbano

El Papa Juan Pablo I no viajó al Líbano, pero habría querido realizar un viaje apostólico a este país. Así lo reveló, dos días después de la muerte del Pontífice (ocurrida el 28 de septiembre de 1978), el Patriarca Antoine Khoraiche de Antioquía de los Maronitas en una entrevista concedida a Radio Vaticana.

En el texto del noticiero radiofónico del 30 de septiembre de 1978 de la emisora pontificia se lee esta declaración: El Papa Luciani —afirma el Patriarca, cuyas palabras fueron recogidas también en la “Biografia ex documentis” del Pontífice véneto a cargo de la Fundación vaticana Juan Pablo I— “pensaba realizar una visita especial al Líbano para trabajar personalmente por el restablecimiento de la paz entre los hijos de aquella nación”.

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El viaje apostólico de Juan Pablo II en 1997


Los primeros años del Pontificado del Papa Juan Pablo II coincidieron, por tanto, con una página dramática de la historia libanesa: el conflicto civil, que duró 15 años (de 1975 a 1990) y que costó la vida a más de 150 mil personas.

El Papa Wojtyła, que fue elegido a la Sede de Pedro en 1978, viajó al Líbano en 1997, un período marcado por una persistente situación de inestabilidad. La ocasión fue la firma de la Exhortación Apostólica post-sinodal y la conclusión del Sínodo libanés. En esta tierra, sacudida por heridas lacerantes, el Pontífice polaco exhortó a construir puentes. Y el Líbano puede ser un modelo para otros Estados y naciones.

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El viaje apostólico de Benedicto XVI en 2012



De este modo, el viaje apostólico de Benedicto XVI, realizado del 14 al 16 de septiembre de 2012, estuvo marcado por la fraternidad y el diálogo. La ocasión fue la firma y publicación de la Exhortación Apostólica Post-sinodal Ecclesia in Medio Oriente.

El Pontífice, durante la ceremonia de bienvenida, no olvidó “los eventos tristes y dolorosos” que han afligido al país durante largos años, y recordó el modelo libanés, el “País mensaje”:

"La buena convivencia, típicamente libanesa, debe demostrar, a todo Oriente Medio y al resto del mundo, que dentro de una nación puede haber colaboración entre las diferentes Iglesias, miembros todos de la única Iglesia católica, en un espíritu fraternal de comunión con los demás cristianos y, al mismo tiempo, la convivencia y el diálogo respetuoso entre los cristianos y sus hermanos de otras religiones".


Llamamiento del Santo Padre Leon XIV al finalizar la Santa Misa en Beirut (Viaje Leon XIV Turquia y Libano - 3 de 5)

 


Queridos hermanos y hermanas:

En estos días, con mi primer viaje apostólico, realizado durante el Año jubilar, he deseado hacerme peregrino de esperanza en Medio Oriente, implorando a Dios el don de la paz para esta amada tierra, marcada por la inestabilidad, las guerras y el dolor.

Queridos cristianos del Levante, cuando los resultados de sus esfuerzos de paz tardan en llegar, los invito a alzar la mirada al Señor que viene. Contemplémoslo con esperanza y valentía, invitando a todos a recorrer el camino de la convivencia, la fraternidad y la paz. ¡Sean constructores de paz, anunciadores de paz, testigos de paz!

Oriente Medio necesita actitudes nuevas, para rechazar la lógica de la venganza y la violencia, para superar las divisiones políticas, sociales y religiosas, para abrir capítulos nuevos bajo el signo de la reconciliación y la paz. La vía de la hostilidad mutua y de la destrucción en el horror de la guerra ha ido demasiado lejos, con los deplorables resultados que están a la vista de todos. Necesitamos cambiar de camino, necesitamos educar el corazón para la paz.

Desde esta plaza, rezo por todos los pueblos que sufren a causa de la guerra. Rezo también por Guinea-Bisáu, deseando una solución pacífica de las controversias políticas. Y no olvido a las víctimas del incendio en Hong Kong, así como a sus queridas familias.

Y ruego especialmente por el amado Líbano. Pido nuevamente a la comunidad internacional que no se escatimen esfuerzos para promover procesos de diálogo y reconciliación. Dirijo un apremiante llamamiento a cuantos están investidos de autoridad política y social, aquí y en todos los países marcados por guerras y violencia: ¡escuchen el clamor de sus pueblos que invocan la paz! Pongámonos todos al servicio de la vida, del bien común y del desarrollo integral de las personas.

Finalmente, a ustedes, cristianos del Levante, ciudadanos de estas tierras por derecho propio, les repito: ¡ánimo! Toda la Iglesia los mira con afecto y admiración. Que la Bienaventurada Virgen María, Nuestra Señora de Harissa, los proteja siempre.

 

Llamamiento del Santo Padre Leon XIV al finalizar la Santa Misa en Beirut

El Papa Leon XIV en tierra de San Charbel (Viaje Turquia y Libano) 2 de 4

 "Oh María, Reina de los montes y de los mares: Patrona del Líbano, dirige una mirada materna a todos tus hijos, extiende hacia ellos tus manos puras y bendícelos" 

 


Me resulta muy emotivo tratar de recopilar algo sobre la visita del Papa Leon al Libano recordando a nuestro amigo  Abdallah  del Foro Juan Pablo II. Nunca más supimos de él. Que habrá pasado? Que habrá sido de Abdallah? Entre tantos enfrentamientos, bombardeos y sufrimientos de esa bendita tierra  que en algún momento fuera el Eden de Oriente? Que intereses ambiguos han tratado, y siguen haciéndolo, de  borrar de la  faz de la tierra esa pequeña porción de cristianos que aun habitan esa región? Cual será su futuro?

De alguna manera es providencial para el Papa Leon XIV haber heredado la celebración de los 1700 años del Concilio de Nicea  y poder aprovechar asi el viaje para visitar el Libano,  en continuidad con el anhelo de sus predecesores en todo momento,  en pos de paz y unidad, viaje que anuncia oficialmente en el Ángelus del 23 de noviembre. “Ya está cerca mi viaje apostólico a Turquía y Líbano. En Turquía se celebrará el 1700 aniversario del Concilio de Nicea. Por ello, hoy se publica la Carta apostólica In unitate fidei, que conmemora este histórico acontecimiento”.



 En su primer encuentro con las autoridades en Ankara,  en el Palacio presidencial de Turquia, explica su misión expresada figurativamente en el emblema de su viaje:  La imagen del puente sobre el estrecho de los Dardanelos, elegida como emblema de mi viaje, expresa eficazmente el papel especial de su país. Ustedes ocupan un lugar importante en el presente y en el futuro del Mediterráneo y del mundo entero, sobre todo valorizando sus diversidades internas. Antes de conectar Asia y Europa, Oriente y Occidente, ese puente une a Türkiye consigo misma, compone sus partes y la convierte, por así decirlo, desde dentro, en una encrucijada de sensibilidades, cuya homogeneización representaría un empobrecimiento. De hecho, una sociedad está viva si es plural: son los puentes entre sus diferentes almas los que la convierten en una sociedad civil. Hoy en día, las comunidades humanas están cada vez más polarizadas y desgarradas por posiciones extremas que las fragmentan.”

Quizas, por lo simbolico, otra parte fuerte de su viaje haya sido precisamente su visita a la tumba de San Charbel y el encuentro con los jóvenes. 



En su visita y oración en la tumba de San Charbel Maklüf en el Monasterio de San Maroun (Annaya)  expresó en sencillas palabras alma y espíritu del santo:

“¿qué nos enseña hoy san Chárbel? ¿Cuál es el legado de este hombre que no escribió nada, que vivió oculto y silente, pero cuya fama se extendió por todo el mundo?

Me gustaría resumirlo así: el Espíritu Santo lo moldeó para que enseñara la oración a quienes viven sin Dios, el silencio a quienes habitan en medio del bullicio, la modestia a quienes viven para aparentar y la pobreza a quienes buscan las riquezas. Son todos comportamientos a contracorriente, pero precisamente por eso nos atraen, como el agua fresca y pura atrae a quien camina por el desierto. En particular, a nosotros, obispos y ministros ordenados, san Chárbel nos recuerda las exigencias evangélicas de nuestra vocación. Sin embargo, su coherencia, tan radical como humilde, es un mensaje para todos los cristianos.”

La visita y la oraciónen el Monasterio de San Maroun (Annaya) culminaba con estas palabras: 

“Hermanas y hermanos, hoy queremos confiar a la intercesión de san Chárbel las necesidades de la Iglesia, del Líbano y del mundo. Para la Iglesia pedimos comunión, unidad; empezando por las familias, pequeñas iglesias domésticas, y luego en las comunidades parroquiales y diocesanas; y también para la Iglesia universal. Comunión, unidad. Y para el mundo pedimos paz. Especialmente la imploramos para el Líbano y para todo Oriente Próximo. Pero sabemos bien —y los santos nos lo recuerdan— que no hay paz sin conversión de los corazones. Por eso, que san Chárbel nos ayude a orientarnos hacia Dios y a pedir el don de la conversión para todos nosotros.

Queridos hermanos, como símbolo de la luz que Dios ha encendido aquí por medio de san Chárbel, he traído como regalo una lámpara. Al ofrecerla, encomiendo a la protección de san Chárbel al Líbano y a su pueblo, para que caminen siempre en la luz de Cristo. Gracias a Dios por el don de san Chárbel. Gracias a ustedes que conservan su memoria. ¡Caminen en la luz del Señor!”

Sucara a cara con los  alrededor de 15.000jovenes entusiastas – una mini JMJ – en la Plaza frente al Patriarcado de Antioquia de los maronitas en Bkerké,   fue un poco el broche de oro y un ensayo para las próximas JMJ 2027 en Seúl,   a quienes en el encuentro saludaba deseándoles la paz Assalamu lakum!” y agradecía la calidez del encuentro, alentándolos a ser ¡la savia de esperanza que el país espera! 

“Queridos jóvenes, ¡vivan a la luz del Evangelio y serán bienaventurados a los ojos del Señor!  Su patria, el Líbano, florecerá hermosa y vigorosa como el cedro, símbolo de la unidad y fecundidad del pueblo. Ustedes saben bien que la fuerza del cedro está en las raíces, que normalmente tienen la misma extensión que las ramas. El número y la fuerza de las ramas corresponde al número y la fuerza de las raíces. Así también, el gran bien que hoy vemos en la sociedad libanesa es el resultado del trabajo humilde, oculto y honesto de tantos hacedores del bien, de tantas raíces buenas que no quieren hacer crecer sólo una rama del cedro libanés, sino todo el árbol, en toda su belleza. Recurran a las raíces buenas del compromiso de quienes sirven a la sociedad y no se sirven de ella para interés propio. Con un compromiso generoso por la justicia, proyecten juntos un futuro de paz y desarrollo.”

Recordamos también las emotivas palabras del Papa Juan Pablo II en su discurso del Encuentro con los jóvenes en el Santuario de Harisa en 1997: “En realidad, a vosotros corresponde hacer que caigan los muros que hayan podido surgir durante los dolorosos períodos de la historia de vuestra nación; no levantéis nuevos muros en vuestro país. Al contrario, debéis construir puentes entre las personas, entre las familias y entre las diversas comunidades. Espero que en la vida diaria realicéis gestos de reconciliación, para pasar de la desconfianza a la confianza.”

En su Encuentro ecuménico e interreligioso enla Plaza de los Mártires de Beirut El Papa Leon XIV comenzaba su discurso diciendo: “Me siento profundamente conmovido e inmensamente agradecido de estar hoy entre ustedes, en esta tierra bendita, una tierra exaltada por los profetas del Antiguo Testamento, que en sus imponentes cedros vieron emblemas del alma justa que florece bajo la mirada vigilante del cielo; una tierra donde el eco del Logos nunca ha enmudecido, sino que continúa llamando, de siglo en siglo, a aquellos que desean abrir sus corazones al Dios vivo… y llamaba a “elevar una sincera oración por el don divino de la paz.”

Recordaba también la Exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Medio Oriente, firmada  en Beirut en 2012, por  el Papa Benedicto XVI  y la Declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II que abria “un nuevo horizonte para el encuentro y el respeto mutuo entre católicos y personas de diferentes religiones, enfatizando que el verdadero diálogo y la colaboración están enraizados en el amor, único fundamento para la paz, la justicia y la reconciliación.”

En su discurso en el Santuario de Nuestra Señoradel Libano (Harissa) el Santo Padre Leon XIV  recordó al Papa Juan Pablo II  en sus palabras iniciales: “Con gran alegría me encuentro con ustedes durante este viaje, cuyo lema es «Bienaventurados los que trabajan por la paz» (Mt 5,9). La Iglesia en Líbano, unida en sus múltiples rostros, es un ícono de estas palabras, como afirmaba san Juan Pablo II, tan afectuoso con su pueblo: «En el Líbano de hoy —decía— ustedes son responsables de la esperanza» (Mensaje a los ciudadanos del Líbano, 1 mayo 1984); y añadía: «Creen, allí donde viven y trabajan, un clima fraterno. Sin ingenuidad, sepan confiar en los demás y sean creativos para que triunfe la fuerza regeneradora del perdón y de la misericordia» (ibíd.).”

Mencionaba también a su predecesor el  Papa Francisco: “Uno de los símbolos que figuran en el “logotipo” de este viaje es el ancla. El Papa Francisco la evocaba a menudo en sus discursos como signo de la fe, que permite ir siempre más allá, incluso en los momentos más oscuros, hasta el cielo. Decía: «Nuestra fe es el ancla en el cielo. Tenemos nuestra vida anclada en el cielo. ¿Qué debemos hacer? Agarrar la cuerda [...]. Y vamos adelante porque estamos seguros que nuestra vida tiene como un ancla en el cielo, en esa orilla a la que llegaremos» (Catequesis, 26 abril 2017). Si queremos construir la paz, anclémonos al cielo y, firmemente dirigidos hacia allí, amemos sin miedo a perder lo efímero y demos sin medida.”

Recordemos aquí también palabras de la Carta Apostólica del Papa Juan Pablo II sobre la situación en Líbano   “Desde el año 1975, el Papa Pablo VI, el Papa Juan Pablo I y yo mismo, desde el comienzo de mi pontificado, no hemos escatimado esfuerzo alguno para alertar a la opinión pública sobre el valor único del Líbano y de su patrimonio humano y espiritual, para aliviar y animar a sus habitantes sometidos a toda clase de violencias, para favorecer una solución negociada a las divergencias existentes entre las partes en conflicto y para implorar del Señor la gracia de una paz pacientemente edificada y duradera. A lo largo de estos últimos meses, profundamente impresionado por la degradación de la situación.”

Este primer viaje de León XIV, que concluye hoy, martes 2 de diciembre, con su regreso a Roma, ofrece una perspectiva del significado de las palabras pronunciadas al día siguiente de su elección, cuando el nuevo Obispo de Roma declaró que quien ejerce un ministerio de autoridad en la Iglesia debe «desaparecer para que Cristo permanezca». Andrea Tornielli News 

 

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