Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 27 de diciembre de 2008

Nuestra Señora y el Primado: Comienza la embestida soviética

Ayer celebramos la fiesta liturgica de San Esteban, mártir, santo patrono del Cardenal Stefan Wyszynski. En su honor y memoria continuo aqui con la ultima parte de los textos anteriores etiquetados Wyszinski y desde aqui a Agradezco nuevamente a los autores por el permiso otorgado para traducir el texto yutilizar las fotografias.

Instalado en Gniezno, el nuevo Arzobispo puso en marcha sus planes para renovar el espíritu nacional con vistas al aniversario del primer milenio de cristianismo polaco. Su centro seria la total confianza en Maria, empeñado por preservar la fe nacional en peligro.

Irradiando un tierno amor a Nuestra Señora, el Primado emprendió su tarea encendiendo un faro luminoso en la Polonia de la post guerra. Conciente que el pueblo polaco todo debía oponerse a la subyugación y al adoctrinamiento marxista de su país, el Arzobispo Wyszynski no dudo en encender una antorcha de fe, esperanza y amor para la nación.

Comenzó su misión procediendo a la reconstrucción de cincuenta iglesias en Varsovia, incluida la Catedral, que se hallaban en ruinas. Necesitaba a su vez cubrir la perdida de mas de tres mil sacerdotes en la guerra, de manera que le presto especial atención a los seminarios, dirigiendo retiros personalmente y estando presente en todas las fechas y festividades importantes.

Tratando de preservar lazos estrechos entre la iglesia y su gente, Wyszinski buscaba ejercer el liderazgo paterno en una nación privada de líderes independientes. Estando en dos o tres lugares prácticamente al mismo tiempo, confirmaba, inspeccionaba, se aparecía en iglesias parroquiales y monasterios; estaba en medio de su gente, y las parroquias no tardarian en crear más oportunidades para sus encuentros con el Primado.


A fin de fortalecer los lazos con el Episcopado polaco, el nuevo primado organizaba reuniones frecuentes con los obispos. Se encontraban cada dos meses, el primado estaba firmemente convencido que la unión y la fortaleza de la Iglesia serian la mejor manera de contrarrestar las amenazas del comunismo.

El regalo recibido en la primera parroquia que visitara presagiaba en cierta manera su futuro.
Le regalaron una pintura de Cristo Rey con las manos atadas y un soldado tomándolo de los hombros.. El Primado colgó el cuadro en su despacho en Gniezno, donde se convertiría en un símbolo de su suerte.

Nubes pesadas se cernían sobre el horizonte, pues mientras el Arzobispo Wyszinski asumía el liderazgo de la Iglesia polaca, el líder del Partido Comunista exigía la separación de la Iglesia y el estado, y la laicización de la educación.


Como expresara Adam Micewski, “el estalinismo totalitario articulaba concretamente en etapas harto peligrosas: el obligado colectivismo de la agricultura…la eliminación de la propiedad privada….la propagación del terror a las fuerzas de seguridad. La enseñanza, la cultura y los medios estaban bajo estricto control político y la versión más rígida de ortodoxia marxista. Todo obedecía al dictado económico y político del bloque del este…” (Micewski,p. 58-59).

En un intento por dividir la Iglesia, se creo una organización de “sacerdotes patriotas” amigos del gobierno para que pusieran en tela de juicio la autoridad de los obispos.

Además el 1 de enero de 1952, el Vaticano fue atacado por la prensa comunista polaca por su “actitud negativa hacia las necesidades de la Polonia contemporánea” y por ceder a la alianza de la NATO..

La respuesta del Arzobispo a este ataque de Año Nuevo fue un testimonio de coraje y fortaleza. “Cumpliré con todo lo que Dios ordene. Me da lo mismo si tengo que sembrar con palabras y ejemplos o con mi propia sangre, siempre y cuando Polonia continue en el Reino de Cristo” (Micewski,p. 73)

Esforzándose por dividir la iglesia, y tratando de dañar la unión de la gente hacia ella por medio del nuevo programa de “laicización de la educación” el gobierno también intentó golpear el corazón mismo de la moralidad polaca corrompiendo el sistema legal polaco. . Este primer ataque venia aparejado con cambios propuestos en el código penal dictando una pena menor para el aborto que por la destrucción de árboles.

Luego siguió una campaña inicua de presión progresiva sobre la iglesia con aumento de impuestos, cierre de jardines de infantes católicos y la toma de propiedades monásticas.
Es particularmente importante que se recuerde que a medida que la crisis de su país empeoraba, la unión del Arzobispo con el Santo Padre iba en aumento. Tal como lo expreso Micewski citando al Primado “Necesito de Roma como del aire, como de las gotas de agua los labios sedientos. Sufro de este anhelo insuperable. Rezo por el Santo Padre todo el día…” (Micewski, p. 82)

El ataque a la Iglesia continuaba. El 1 de julio de 1952, mientras el Arzobispo estaba de retiro en Jasna Gora con sacerdotes de Varsovia, se enteró que el gobierno estaba cerrando los seminarios menores.

En su afán de atacar a la Iglesia por todos lados, el gobierno intento destruir la prensa católica con la censura y saboteando la distribución. Como nos dice Micewski, “…. Huésped Dominical en Katowice fue suspendido por las autoridades, y Domingo en Czestochowa fue cercenado de 100.000 a 10.300 ejemplares. En Gorzow, los censores quitaban más del 60% de texto semanalmente en el Semanario Católico. Empleando estas tácticas las autoridades confiaban llevar las publicaciones a la bancarrota, pero el Primado se encargò de recordarles que por celo apostólico debían continuar existiendo, aunque fuese a pèrdida” (Micewski, p.96)

En medio de esta campaña sistemática por destruir la Iglesia instalando una nueva religión de ideología atea en la Nación, la Providencia fortalecería al Primado con un telegrama de Roma anunciando su nominación al Colegio de Cardenales en el consistorio del 12 de enero de 1952.

Pero mientras este telegrama conllevaba gran gozo se supo que el gobierno estaba intentando tomar el episcopado comenzando con la elección forzada de un “vicario capitular” que liderase la Diócesis de Katowice. No obstante el 30 de noviembre de 1952, el Primado informo al sacerdote elegido que esa elección forzada no tenia validez. Las autoridades, no obstante, seguían insistiendo con la elección de un “vicario capitular” en Cracovia, donde habían arrestado al personal de la curia – pues el gobierno quería que Katowice fuese un modelo para poder dominar a la Iglesia.

El 12 de diciembre el Primado hablo:
“Podemos tener el derecho de sacrificarnos nosotros mismos, pero no podemos sacrificar la diócesis, la Iglesia, los fieles. Donde los obispos y los sacerdotes desaparecen, desaparece también la Iglesia. Es nuestro deber defender el clero que ha sido diezmado por la guerra y los campos de concentración y hoy se encuentra mas proclive a llegar a un acuerdo con el gobierno que nunca…En este momento la nación polaca se apoya en el hombro material de la Iglesia. Debemos entonces actuar de tal manera que la nación no pierda el control del hombro “ (Micewski, p. 99)

Para el Arzobispo Wyszinski, los intentos del gobierno por controlar la diócesis mediante la expulsión de sus lideres por cargos infundados fue la ultima gota; el gobierno ya había barrido con la religión en las escuelas, abolido la prensa católica y creado grupos pseudos católicos. Los gobernantes polacos soñaban tener a la Iglesia bajo sus ordenes. Mientras los pseudos católicos no decían la verdad, el primado si lo hacia aunque era conciente que el precio a pagar seria elevado:

“De igual manera, si se nos ofrece optar por el sacrificio personal o a convertir a la administración de la iglesia en una herramienta de las autoridades civiles, no flaquearemos. Seguiremos la voz apostólica de nuestro llamado y conciencia sacerdotal, provistos de paz interior y concientes que no hemos suscitado ni la mas mínima razón para la persecución y que el sufrimiento seria parte de nuestra contribución en los asuntos de Cristo y la iglesia de Cristo. No podemos poner lo que le corresponde a Dios en el altar del Cesar. ¡Non possumus! (no podemos)”, Micewski, p. 116)

Para el Primado la Iglesia se mantendría del lado de la nación católica durante este periodo de sufrimientos y ataques. Finalmente las palabras proféticas ocuparon su lugar: “Elegiré la prisión sobre el privilegio, porque en prisión estaré al lado de los mas atormentados. El Privilegio podría ser señal de abandono del camino de la verdad y el amor” (Micewski, p. 129).

El precio que el Primado habría de pagar por su fidelidad a la Iglesia y a la nación polaca seria signo preclaro tanto para la nación como para el mundo de un buen pastor que permanece firme en defensa de su grey.

El pastor heroico pasaría los próximos tres años en prisión.

(Las referencias son del libro Cardinal Wyszynski: A Biography. Andrzej Micewski. San Diego: Harcourt Brace Jovanovich, 1984, 496 pp.)
Agradezco nuevamente a los autores por el permiso otrogado en utilizar textos y fotografias.

2 comentarios:

Marta Salazar dijo...

te puse un link desde Facebook!

no estás en FB?

Ludmila Hribar dijo...

Muchas gracias Marta. No estoy en FB, y ya me lo han echado en cara ;) Ya lo hare en algun momento, pero primero tengo que terminar de ordenar el resto de mis cosas. Un abrazo.