Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

domingo, 12 de octubre de 2008

Plegaria de Juan Pablo II ante la Virgen del Pilar


Plegaria del Santo Padre Juan Pablo II ante la Virgen del Pilar en su Basílica en Zaragoza, España, el 10 de octubre de 1984


En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. Amén.
Dios misericordioso y eterno: Mira a tu Iglesia peregrina, que se dispone a celebrar el V centenario de la evangelización de América. Tú conoces los caminos que siguieron los primeros apóstoles de esa evangelización. Desde la isla de Guanahani hasta las selvas del Amazonas.
Gracias a las semillas de la fe que sembraron, el número de tus hijos ha crecido ampliamente en la Iglesia, y santos tan insignes como Toribio de Mogrovejo, Pedro Claver, Francisco Solano, Martín de Porres, Rosa de Lima, Juan Macías y tantas otras personas desconocidas que vivieron con heroísmo su vocación cristiana, han florecido y florecen en el continente americano.

Acoge nuestra alabanza y gratitud por tantos hijos de España —hombres y mujeres—, que dejándolo todo han decidido dedicarse por entero a la causa del Evangelio.

Sus padres, algunos aquí presentes, pidieron para ellos la gracia del bautismo, los educaron en la fe, y Tú les concediste el don inestimable de la vocación misionera. Gracias, Padre de bondad.

Santifica a tu Iglesia para que sea siempre evangelizadora. Confirma en el Espíritu de tus Apóstoles a todos aquellos, obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas, catequistas y seglares, que dedican su vida, en tu Iglesia, a la causa de nuestro Señor Jesucristo. Tú los llamaste a tu servicio, hazlos, ahora, perfectos cooperadores de tu salvación.

Haz que las familias cristianas eduquen intensamente a sus hijos en la fe de la Iglesia y en el amor del Evangelio, para que sean semillero de vocaciones apostólicas.

Vuelve, Padre, también hoy tu mirada sobre los jóvenes y llámalos a caminar en pos de Jesucristo, tu Hijo. Concédeles prontitud en la respuesta y perseverancia en el seguimiento. Dales a todos valor y fuerza para aceptar los riesgos de una entrega total y definitiva.

Protege, Padre Todopoderoso, a España y a los pueblos del continente americano.
Mira propicio la angustia de cuantos padecen hambre, soledad o ignorancia.

Haznos reconocer en ellos a tus predilectos y danos la fuerza de tu amor, para ayudarlos en sus necesidades.

Virgen Santa del Pilar: desde este lugar sagrado alienta a los mensajeros del Evangelio, conforta a sus familiares y acompaña maternalmente nuestro camino hacia el Padre, con Cristo, en el Espíritu Santo. Amén.

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