Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 20 de noviembre de 2008

El Magnificat de Karol Wojtyla / Juan Pablo II

La trayectoria mariana de Karol Wojtyla marcada por el Magnificat de Maria tuvo sus orígenes en su Wadowice natal y se fortaleció en Cracovia.

Fue recién en la primavera de 1939 despues de haber pasado por la escuela de espiritualidad de Jan Tyranowski y antes de ingresar al seminario, que volcó en palabras de poeta su amor a Ella, su Madre, en “Magnificat” que comienza así:

“Adora, alma mía, la gloria de tu Señor,
el Padre de la gran Poesía - tan lleno de bondad.

Él fortificó mi juventud con ritmo admirado,
mi canto, en yunque de roble, ha forjado.

Resuena, alma mía, con la gloria de tu Señor,
Hacedor del Saber Angelical - benévolo Hacedor.
- - -
Apuro hasta los bordes la copa de vino, con gratitud,
en Tu fiesta celestial -cual un siervo orante-,
porque embelesaste extrañamente mi juventud,
porque de un tronco de tilo tallaste una forma rozagante.

¡Tú eres el Maravilloso, el Escultor de santos tallados!
- Por mi camino hay muchos abedules y robles numerosos.
- Soy como un surco soleado, un campo sembrado,
como una arista joven y brusca de los Tatras rocosos. ”

El soneto permaneció desconocido durante muchos años; en español fue publicado en Madrid por la Fundación Universitaria CEU, en traducción del profesor Bogdan Piotrowski, director del Dpto. de Literatura de la Universidad de La Sabana (Colombia), presentado y leído en Madrid durante la VII edición del Congreso Católicos y Vida Pública en noviembre de 2005.

Un Magnificat siempre vivo y presente en todos los senderos de la vida de Karol Wojtyla: cuando niño de rodillas ante Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ante Ella en Kalwaria Zebrzydowska, el Santuario mas importante de Cracovia; siempre presente en su corazón Nuestra Señora de Jasna Gora.

Maria, aquella que “nos acerca a Cristo: que nos dirige hacia el, si vivimos su misterio en Cristo” (Don y Misterio) contemplada como «signo de consuelo y de esperanza», que “correspondió plenamente con su «sí» a la voluntad divina” y “elevada al cielo, nos indica el camino hacia Dios” siempre invitándolo a seguir la preciosa estela de aquel “testamento espiritual”.

“En el Magníficat María celebra la obra admirable de Dios, inspirándose en la tradición del Antiguo Testamento, celebra con el cántico del Magníficat las maravillas que Dios realizó en ella”, decía el Santo Padre en la Audiencia general del 6 de noviembre de 1996.

El 28 de marzo de 1987 nos regaló la Encíclica Redemptoris Mater sobre la Bienaventurada Virgen Maria en la Vida de la Iglesia peregrina con 15 referencias al Magnificat.

En la Audiencia del 15 de febrero de 2006 el Santo Padre Benedicto XVI en relación directa al “largo itinerario que comenzó, hace exactamente cinco años, en la primavera del año 2001, mi amado predecesor el inolvidable Papa Juan Pablo II” (serie de catequesis sobre salmos y cánticos que comenzaba con la Audiencia del 28 de marzo de 2001) se refirió en preciosas palabras al “Cántico con el que se concluye idealmente toda celebración de las Vísperas: el Magníficat (cf. Lc 1, 46-55)”, que había sido cantado por el coro de la Capilla sextina, y en la Audiencia explicó “la estructura íntima de ese canto orante”
«Magníficat anima mea Dominum!» (Lc 1, 46)


Mis entradas anteriores:
Redemptoris Mater

1 comentario:

Ludmila Hribar dijo...

Que tristeza ver partir a un amigo. Pero Chus ya debe ser feliz y ya su alegria no tendra fin. Estuve leyendo el testamento espiritual del cardenal argentino (en proceso de beatificacion) Eduardo Pironio donde casi al principio dice "hasta ahora peregrine lejos del Señor. Ahora lo veo tal cual El es. Soy feliz. Magnificat! Eso es lo que debe estar diciendo Chus. Alegrate con ella. Ahora tienes una amiga que tiene aun mas corazon que antes y mas fuerzas para darte una mano cuando lo necesites.
Voy a rezar por ella y tambien le voy a pedir claro que si. Un abrazo.