“Cada vigilia de Navidad con el santo Padre Juan Pablo II era siempre una emoción irrepetible. Esta singularidad provenía de su tradición polaca y familiar. Sobre la mesa siempre se encontraba heno traído de Polonia y un plato de más para el huésped inesperado. La cena se desarrollaba en un ambiente muy cálido e intimo. Siempre comenzaba con el intercambio de saludos. El Santo Padre partía la hostia navideña con cada uno de los presentes. El clima navideño se fortalecía con el árbol de Navidad, adornado e iluminado. Durante la cena se cantaban villancicos. A Juan Pablo II le encantaban y nosotros, sus colaboradores, participábamos del canto festivo con alegría. El Papa entonaba su canción preferida : “Wsrod nocnej ciszy…” (“En medio del silencio de la noche…”). Terminada la cena, orábamos juntos y después comenzaban los preparativos para la Santa Misa de medianoche…”
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1 comentario:
gracias!
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