“Quien se dispone a recibir la sagrada Ordenación se postra totalmente y apoya la frente sobre el suelo del templo, manifestando así su completa disponibilidad para asumir el ministerio que le es confiado. Este rito ha marcado profundamente mi existencia sacerdotal. Años más tarde, en la Basílica de San Pedro -estábamos al principio del Concilio- recordando el momento de la Ordenación sacerdotal, escribí una poesía de la cual quiero citar aquí un fragmento:
Eres tú, Pedro. Quieres ser aquí el Suelo sobre el que caminan los otros... para llegar allá donde guías sus pasos...Quieres ser Aquél que sostiene los pasos, como la roca sostiene el caminar ruidoso de un rebaño: Roca es también el suelo de un templo gigantesco. Y el pasto es la Cruz.
(Iglesia: Los Pastores y las Fuentes. Basílica de San Pedro, otoño de 1962: 11.X - 8.XII, El Suelo)
Al escribir estas palabras pensaba tanto en Pedro como en toda la realidad del sacerdocio ministerial, tratando de subrayar el profundo significado de esta postración litúrgica. En ese yacer por tierra en forma de Cruz antes de la Ordenación, acogiendo en la propia vida -como Pedro- la Cruz de Cristo y haciéndose con el Apóstol "suelo" para los hermanos, está el sentido más profundo de toda la espiritualidad sacerdotal.”
(Juan Pablo II : Don y Misterio)
Invito visitar mis posts anteriores en homenaje a la Primera Misa del novel sacerdote Karol Wojtyla, quien quiso celebrar su primera ofrenda en las profundas “entrañas” de la historia de su patria, en la sencilla, pelada y desnuda pero inmensamente rica cripta románica San Leonardo de la catedral de Wawel, que carga sobre sus pilares el peso majestuoso de la historia toda de su amada patria.
Invito visitar mis posts anteriores en homenaje a la Primera Misa del novel sacerdote Karol Wojtyla, quien quiso celebrar su primera ofrenda en las profundas “entrañas” de la historia de su patria, en la sencilla, pelada y desnuda pero inmensamente rica cripta románica San Leonardo de la catedral de Wawel, que carga sobre sus pilares el peso majestuoso de la historia toda de su amada patria.
Era un 2 de noviembre - día que recordamos a nuestros difuntos - del año 1946, solo 24 horas después que Monseñor Sapieha le impusiera las manos sobre su cabeza, consagrándolo sacerdote para siempre. Comenzaba una nueva vida enriqueciendo la historia contemporánea de Polonia y del mundo.
Invito visitar La postración litúrgica
Y mis posts anteriores
Juan Pablo II habla de su Primera Misa
Karol Wojtyla “administrador de los «misterios de Dios»
Recordando la Primera Misa de Karol Wojtyla
Primera Misa de Karol Wojtyla
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