Alesandro Gisotti de Radio Vaticana entrevista al padre AntonioSpadaro, director de Civiltá Cattolica, la revista de los jesuitas y se detiene
sobre el silencio de Francisco y la fuerza universal de esta palabra muda.
Spadaro: Si: el mensaje del Papa Francisco ha sido
el silencio: ha sido también una pequeña nota que él ha escrito suplicando
piedad al Señor: “Señor, ten piedad de tu pueblo, perdona su crueldad”. Ha suplicado perdón por el pueblo, no se ha
lavado las manos ante esta responsabilidad. Por lo tanto como pastor ha pedido perdón a
Dios por todo el pueblo. Pero sobre todo, ha continuado aquello que Benedicto
XVI había dicho: ante semejante tragedia él, como Papa alemán, había dicho: “no
hay palabras”. Por lo tanto: Francisco ha aplicado esto, por eso ha querido mantener
toda su visita en completo silencio. Debo decir que se creó a su alrededor y con
él un ambiente de gran concentración.
Gisotti: El silencio, pero también tantos gestos.
Tantos gestos pequeños y grandes. Ante
todo impresionaba el encuentro, la ternura
también aquí con poquísimas palabras, con los diez sobrevivientes de la
Shoah…
Spadaro: Ha
dirigido algunas palabras a cada uno, ha escuchado, ha saludado pero también vivido
todos los momentos en un clima marcadamente pausado y de gran concentración. Esto ha impactado. O sea no hubo apuro, ni formalidad. Su ingreso ha sido muy lento, y como si
estuviese viviendo una profunda meditación. Realmente ha impresionado a todos.
Gisotti: En la celda de San Maximiliano Kolbe, también
allí ha permanecido en intensa oración silenciosa. Un signo también para decir que en un lugar de
tan indecible terror hay una luz, hay una posibilidad….
Spadaro: Un hombre que ha dado su vida por los demás,
o sea ha sido un mártir porque ha dado su vida por otra persona: esta es la
luz, este es el gesto que el Papa Francisco ha querido acoger en silencio,
vivirlo en silencio pero un silencio a su vez absolutamente elocuente especialmente aquí, en
un momento tan difícil para la historia del mundo cuando se desatan guerras y
tensiones que parecen inextinguibles. Por eso ese gesto de Maximiliano Kolbe de
dar su vida por los demás, es un gesto para acoger en silencio, con nuestro respeto y con nuestra generosidad.
Gisotti: Una última pregunta, en parte anticipada en
esta última reflexión: mas allá del momento verdaderamente histórico qué
mensaje puede dar el Papa con esta visita en un contexto como este en el cual también
dentro de Europa experimentamos violencias, de algún modo inéditas?
Spadaro: estamos asistiendo a una Jornada mundial de
la juventud que es una construcción continua de puentes. Tenemos jóvenes venidos
de todas las partes del mundo que juntos están derribando los muros de la
indiferencia, construyendo indudablemente puentes entre ellos. Este gesto que
el Papa ha vivido hoy en Auschwitz, vivido en silencio, a su vez es de algún modo
un puente, y construye un puente que va mas allá de las miserias humanas, la crueldad,
la imposibilidad – de hecho – de reconciliarse. El Papa ha dicho que el acogimiento
que es necesario tener puede superar también la enemistad, la división, más aún
la crueldad misma. Por lo tanto, también este silencio ha sido un puente y debo
decir también que lo que ha impactado mucho frente al muro de fusilamientos ha
sido el silencio y su tocar con la mano aquel muro allí. Es exactamente el mismo
gesto que él tuvo en Belén sobre el muro. Es un gesto terapéutico. Es un gesto
que busca sanar. Su silencio ha sido un silencio terapéutico y podemos decir un
silencio frente a las tragedias que estamos viviendo en el mundo.
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