Francisco
tiene un sueño para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia: ayudar
a descubrir el amor de Cristo a más de un millón de chicos y chicas.
Como buen educador, sabe que para
comprender los mensajes más profundos hacen falta ejemplos de vida. Por este
motivo, el Pontífice ha escogido como testigo de esta JMJ a un chico,
estudiante, con el que los muchachos pueden identificarse, Pier Giorgio Frassati.
Frassati (1901-1925) fue un joven
turinés, apasionado del alpinismo y el esquí, estudiante de ingeniería.
Visitando a los pobres en sus casas contrajo una poliomielitis fulminante, que
lo llevó a la muerte en una semana.
En el Mensaje
con Motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, que el Papa
Francisco dirigió a los muchachos que van a Cracovia, explica: “Pier
Giorgio era un joven que había entendido lo que quiere decir tener un corazón
misericordioso, sensible a los más necesitados”.
“A ellos les daba mucho más que cosas materiales; se daba a
sí mismo, empleaba tiempo, palabras, capacidad de escucha. Servía siempre a los
pobres con gran discreción, sin ostentación”, destaca
Francisco.
“Piensen que un día antes de su muerte,
estando gravemente enfermo, daba disposiciones de cómo ayudar a sus amigos
necesitados —añade el Papa en su mensaje a los jóvenes—. En su funeral, los
familiares y amigos se quedaron atónitos por la presencia de tantos pobres,
para ellos desconocidos, que habían sido visitados y ayudados por el joven Pier
Giorgio”.
Las reliquias de Pier Giorgio Frassati,
que normalmente descansan en la catedral de Turín, han viajado a Cracovia, a la
Iglesia de la Santa Trinidad de los Dominicos (Stolarska 12) para que los
jóvenes puedan recogerse ante ellas.
En este vídeo, realizado por Aleteia.org se
pueden descubrir las fotos más bellas de Pier Giorgio, beatificado por Juan
Pablo II, quien le llamaba “el hombre de las bienaventuranzas”.
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