Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

domingo, 2 de diciembre de 2007

“Reconciliatio et paenitentia”


La Exhortación Apostólica post-sinodal “Reconciliatio et paenitentia” de Juan Pablo II, del 2 de diciembre 1984 - por primera vez llamado documento “post-sinodal” - fue un trabajo desarrollado por los Padres sinodales durante el Sínodo (VI Asamblea General Ordinaria)realizado entre el 29 de septiembre - 29 de octubre de 1983 con la asistencia de 221 padres sinodales sobre el Tema: “La penitencia y el perdón en la misión de la Iglesia” Uno de los tres Presidentes Delegados fue el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la S. Congregación para la Doctrina de la Fe.

La Asamblea sinodal y el tema coincidieron con el Año Santo “extraordinario” proclamado por el Santo Padre para conmemorar el 1950º aniversario de la Redención del mundo mediante la muerte de Cristo. Durante la Asamblea los Padres sinodales trataron los argumentos inherentes al tema poniendo de relieve la necesidad de aplicar los frutos de la Redención de Cristo a la vida de cada persona y, por lo tanto, a la sociedad. En el documento invitaron al mundo a la “reconciliación” y proclamaron “la Iglesia como sacramento de reconciliación y signo de la misericordia de Dios hacia el pecador”. El papa Juan Pablo II presidió todos los sínodos a partir de su elección en 1978.

El Sínodo de los Obispos fue instituido por Pablo VI con el Motu Proprio Apostolica sollicitudo el 15 de septiembre de 1965. Pablo VI dio la definición de Sínodo de los Obispos en el Angelus del domingo 22 de septiembre de 1974: "Es una institución eclesiástica que nosotros, interrogando los signos de los tiempos y, aún más, acercándonos a la interpretación profunda de los designios divinos y de la constitución de la Iglesia Católica, hemos establecido después del Concilio Vaticano II, para favorecer la unión y la colaboración de los Obispos de todo el mundo con la Santa Sede, a través de un estudio común de las condiciones de la Iglesia y la búsqueda de soluciones correspondientes a las cuestiones relacionadas a su misión. No es un Concilio, no es un Parlamento, sino un Sínodo de naturaleza especial".

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