“Por medio de esta imagen estaré concediendo muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella” (Diario 570).
Ayer 28 de septiembre 2008 se celebraba en el Santuario de la Divina Misericordia en Bialystok, Polonia, la beatificación del Siervo de Dios, p. Miguel Sopocko, confesor de Santa sor Faustina
Miguel Sopocko nació en Nowosady, distrito de Vilna. Entre 1910-1914 estudió teología en la Universidad de Vilna, después en Varsovia, donde se licenció también por el Instituto Superior de Pedagogía. Doctorado en teología moral en 1926, fue director espiritual en el seminario de Vilna y profesor de teología pastoral en la facultad de teología en la Universidad de Stefan Batory en Vilnay y en el Seminario Superior en Bialystok (1928 -1962). Entre 1918-1932 fue capellán castrense en Varsovia y en Vilna, pero fue la propagación del culto a la Misericordia Divina la labor que mas apreciaba y más le absorbía. En 1933 se convirtió en confesor y director espiritual de sor Faustina. Fue por su sugerencia que ella comenzó a escribir en el Diario sus experiencias místicas sobre el misterio de la Divina Misericordia. El mismo dice en sus Memorias “Conocí a sor Faustina en verano (en julio o agosto de 1933), como penitente en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia Divina en Vilna, Lituania (calle Senatorska 25), donde por entonces fui un simple confesor. Llamó mi atención su conciencia sutil y su unión muy profunda con Dios…. Ya al principio me dijo que me conocía de alguna revelación, que yo iba a ser el director de su conciencia, y que tendría que realizar algunos planes de Dios que ella iba a revelarme”
En junio de 1936 el padre Sopocko publicó su primer folleto titulado “Misericordia Divina” con la imagen de Cristo Misericordioso en la portada, sin mucho éxito, pero al año siguiente en 1937 el segundo folleto titulado “Misericordia Divina en la liturgia” ya fue objeto de comentarios positivos en varias revistas teológicas. La devoción a la Divina Misericordia cobro mayor fuerza en Polonia durante la segunda guerra mundial.
No obstante serian muchas las penurias, incomprensiones y dificultades a las que seria sometido el padre Sopocko, inclusive por parte de las autoridades eclesiásticas debido a malas y confusas traducciones del diario de Sor Faustina, hasta que en 1959 llego a prohibirse la devoción en las formas propuestas por ella. Pero todas las dificultades no lograron desanimar al padre Sopocko y así escribía sor Faustina en su Diario “Oh Jesús mío, Tú ves cuánta gratitud tengo para el padre Sopocko que ha hecho avanzar mucho Tu obra. Esta alma tan humilde supo resistir todas las tormentas y no se desanimó por las contrariedades, sino que ha contestado fielmente a la llamada de Dios” (Diario, 1586) El padre Sopocko escribía en el suyo : “Hay verdades que se conoce y que se oye, y que se habla de ellas a menudo, pero no se las comprende…”
En 1965 el Arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, que se “había detenido muchas veces ante la tumba de sor Faustina cuando trabajaba como obrero en la fábrica de Solvay, cerca de Lagiewniki” considerando que “todo en ella era extraordinario” encargo al teólogo polaco el padre Fr. Ignacy Rózycki un análisis crítico del Diario, quien al concluirlo expreso «es una mística maravillosa» (¡Levantaos! ¡Vamos!) El análisis fue finalmente enviado para su estudio a la Congregación para la Doctrina de la Fe y las prohibiciones fueron levantadas.
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