Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 21 de octubre de 2008

Juan Pablo II y yo


Cumplido un año en la vida de este blog, creo que ha llegado la hora de presentarme brevemente ante aquellos que no me conocen.
Nací en Eslovenia y estoy radicada en la Argentina. Mi familia, junto a muchas otras, debió emigrar perseguida y amenazada en los tiempos difíciles del comunismo en Eslovenia. Y llegamos a la Argentina, previo paso por campos de refugiados en Austria y una corta estadía en Italia antes de embarcarnos hacia el sur del sur. Contra todo lo que corresponda decir en cuanto a aciertos y desaciertos de uno u otro gobierno de mi nueva patria jamás olvidaremos el gesto de esta Argentina generosa que abrió sus puertas a “todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar suelo argentino” en tiempos que otros seguían dando la espalda a familias con niños, ancianos y discapacitados. Y nunca escuché de nadie que captase alguna mirada de reojo o alguna sonrisa o ademán inusual ante actitudes, comportamientos o modas… (se imaginan los eslovenos calzados con borceguíes paseando por la peatonal calle Florida en pleno verano?)

Llegamos aquí sin mi padre, que previo tremendas denigraciones fue condenado a muerte por pensar distinto, luego indultado a 20 años de cárcel, con calabozo de por medio, màs tarde a 10, y recién pudo unirse a nosotros años mas tarde en respuesta al “contrapeso” del arma mas poderosa - increíble historia - de la vida hecha oración de mi madre, que jamás perdió la esperanza del reencuentro, que humanamente y a la vista de todos parecía imposible. Pero toda esa parte de la historia es larga, dolorosa y compleja, y algún día la documentaré en la www.

Llegamos, como muchos otros, a un hotel de inmigrantes en tiempos de abundancia, sobraba trabajo y la mayoría de los eslovenos adultos con ganas y garras de salir adelante salían a trabajar desde el mismo hotel de inmigrantes, para luego “mudarse” con sus familias a diferentes lugares del gran Buenos Aires, hasta que con el tiempo prácticamente no había familia sin techo propio que las cobijara.

Y fuimos creciendo y madurando al amparo de la activa vida cultural y espiritual de los centros de la colectividad eslovena bajo la celosa mirada de sacerdotes y laicos. Con el tiempo mi trabajo, mis estudios (idiomas, literatura y educación) y mis viajes me fueron capacitando para compartir conocimientos.

(Perdón por la foto, despeinada y cansada …pero inmensamente feliz en mi querida calle Florianska en Cracovia -(2005)
Pero nada especial ocurría en mi vida espiritual de “católica practicante”. Sin embargo poco a poco se fue gestando algo nuevo que cobró vigor el 2 de abril del 2005, aquel día que muchos de nosotros, “como el profeta Eliseo aceptamos el “manto del profeta” ... “incorporándolo a nuestro ser como un don personal del maestro hacia sus discípulos”. Fue mi “encuentro” definitivo con Juan Pablo II, con esa ”Presencia” que había encarnado entre nosotros la “Presencia” palpitante de un pedazo del corazón de Dios” (Mario Agnes). Mirando hacia atrás ahora me explico tantas vivencias anteriores. Después de mis tres viajes a Polonia, previo paso por Roma, me sentí invitada a seguir descubriendo el mundo de Karol Wojtyla, el origen de su Totus Tuus, su vida de oración, su amada gente y su tierra. He volcado parte de mis experiencias en la página de mi viaje. Mi origen esloveno me ayudó a interpretar al pueblo polaco. Una historia común de sufrimientos parecidos y a la vez tan distintos de los pueblos eslavos me llevaron a desvelar en parte el misterio de su fortaleza y su fuerza.
Me siento tremendamente honrada y feliz colaborando con la Causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. En estos tres últimos años he vivido y recibido mucho más de lo que jamás hubiese imaginado y estoy comprometida incondicionalmente. Sencillamente siento una enorme gratitud poder compartir algo del misterio de Juan Pablo II con quien busque descubrir la riqueza de su magisterio.
Ljudmila Hribar

5 comentarios:

Ludmila Hribar dijo...

Gracias Luisa que amable. Pense que ya era hora de decir algo. Si, Ljudmila es mi nombre real. Cuando comence el blog pense que si lo voy a hacer en honor a Juan Pablo II sin dar muchas explicaciones al menos debia utilizar mi nombre verdadero. Mi madre impresionante de verdad! te prometo que te escribire algo, que sea distinto a lo escrito para no repetirme ;) Un abrazo y gracias por tus visitas y tus comentarios.

maria jesus dijo...

He venido a conocerte desde el blog de Luisa y me ha impresionado tu historia. Soy devota de Juan Pablo II, estuve con él cada vez que vino a España y ahora que está en el cielo le tengo encargado a un hijo mio, que si es por rezos , tendrá que llegar por lo m,enos a obispo. Un saludo . Con tu permiso te enlazo

Ludmila Hribar dijo...

Gracias por tu visita Maria Jesus. Que bueno seguir encontrando amigos de Juan Pablo II. Sigue rezando porque mira tengo una anecdota familiar del cardenal Rode que cuando pequeño le decian tu vas a ser sacerdote y el respondia si, si pero al menos obispo ;)

Agnus dijo...

Me ha parecido precioso tu relato.
Sobre todo me ha gustado conocerte un poco, porque la verdad ,a veces me preguntaba que te movia a escribir tanto sobre Juan Pablo.
Como ya te he manifestado en otras ocasiones a mi tambien me encanta.
Yo, como Luisa tambien he ido a verle siempre que ha venido a España.
Opino como Luisa, sigue escribiendo sobre tu vida, por favor.
Un abrazo
Gracias por visitarme.

Ludmila Hribar dijo...

Muchas gracias Any por tus visitas, tus comentarios y tu aliento. Crei que debia poner unas palabras. Prometo que cada tanto matizare con algo mas porque detras del blog estoy yo pero tampoco debo exagerar ;) Inicialmente fue casi un trato entre el grupo de amigos que nos conocimos en el antiguo Foro del sitio Oficial de la Causa, que luego se cerro y prometi armar algo, pense en un Foro pero se hacia complicado, asi que inicie el blog y de todas maneras con el grupo seguimos comunicandonos por mail. Un abrazo.