...“las manifestaciones de la virtud de la fortaleza, virtud cardinal, son abundantes.
Algunas son muy conocidas y gozan de cierta fama. Otras son más ignoradas, aunque exigen mayor virtud aún….. ejemplos poco conocidos en general, pero que atestiguan una virtud grande, a veces incluso heroica.
Pienso por ejemplo en una mujer, madre de familia ya numerosa, a la que muchos “aconsejan” que elimine la vida nueva concebida en su seno y se someta a una “operación” para interrumpir la maternidad; y ella responde con firmeza: “¡no!”. Ciertamente que cae en la cuenta de toda la dificultad que este “no” comporta: dificultad para ella, para su marido, para toda la familia; y sin embargo, responde: “no”. La nueva vida humana iniciada en ella es un valor demasiado grande, demasiado “sacro”, para que pueda ceder ante semejantes presiones.
Otro ejemplo: Un hombre al que se promete la libertad y hasta una buena carrera, a condición de que reniegue de sus principios o apruebe algo contra su honradez hacia los demás. Y también éste contesta “no”, incluso a pesar de las amenazas de una parte y los halagos de otra. ¡He aquí un hombre valiente!
Muchas, muchísimas son las manifestaciones de fortaleza, heroica con frecuencia, de las que no se escribe en los periódicos y poco se sabe.
Otro ejemplo: Un hombre al que se promete la libertad y hasta una buena carrera, a condición de que reniegue de sus principios o apruebe algo contra su honradez hacia los demás. Y también éste contesta “no”, incluso a pesar de las amenazas de una parte y los halagos de otra. ¡He aquí un hombre valiente!
Muchas, muchísimas son las manifestaciones de fortaleza, heroica con frecuencia, de las que no se escribe en los periódicos y poco se sabe.
Sólo la conciencia humana las conoce... y ¡Dios lo sabe!
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