El 11 de agosto de 1253 concluía su peregrinación terrena santa Clara de Asís, discípula de san Francisco y fundadora de las Hermanas Pobres o Clarisas. Habia “nacido en torno a los años 1193-1194, en el seno de la noble familia de Favarone de Offreduccio y recibió, sobre todo de su madre Ortolana, una sólida educación cristiana. “Iluminada por la gracia divina, se dejó atraer por la nueva forma de vida evangélica iniciada por san Francisco y sus compañeros, y decidió, a su vez, emprender un seguimiento más radical de Cristo. Dejó su casa paterna en la noche entre el domingo de Ramos y el Lunes santo de 1211 (ó 1212) y, por consejo del mismo santo, se dirigió a la iglesita de la Porciúncula, cuna de la experiencia franciscana, donde, ante el altar de Santa María, se desprendió de todas sus riquezas, para vestir el hábito pobre de penitencia en forma de cruz […] La comunidad reunida en San Damián, guiada por santa Clara, eligió vivir según la forma del santo Evangelio en una dimensión contemplativa claustral, que se distinguía como un "vivir comunitariamente en unidad de espíritus" (Regla de santa Clara, Prólogo, 5), según un "modo de santa unidad" (ib., 16)” con un carisma que se caracteriza, en primer lugar, por ser una llamada a vivir según la perfección del santo Evangelio, con una clara referencia a Cristo, como único y verdadero programa de vida”. (del Mensaje de Juan Pablo II en el 750 aniversario de la muerte de Santa Clara)
“El alma es mas grande que el cielo” les decía Juan Pablo II a 700 jóvenes participantes en el 2do Encuentro Internacional de “Jóvenes hacia Asís”
“Habiendo comprendido esta íntima realidad espiritual, san Francisco y santa Clara no dudaron en subir hasta la cumbre de la santidad. La santidad no es una especie de itinerario ascético extraordinario, que sólo algunos "genios" pudieran alcanzar; por el contrario, como recordé en la reciente carta apostólica Novo millennio ineunte, es el "alto grado" de la vida cristiana ordinaria (cf. n. 31). Santidad significa hacer algo hermoso por Dios todos los días, pero también reconocer lo que él ha hecho y sigue haciendo en nosotros y por nosotros. Sed santos, amadísimos jóvenes, porque lo que entristece al mundo es la falta de santidad. Los santos en quienes os inspiráis siguen ejerciendo una atracción extraordinaria, porque dedicaron sin cesar su existencia a Cristo. Y, sin quererlo, dieron origen a un estilo evangélico "revolucionario", que aún hoy continúa atrayendo a tantos jóvenes y personas de todas las edades.”
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2 comentarios:
Santa Clara es un modelo para la juventud y así lo propuso el Papa: “Sed santos, amadísimos jóvenes, porque lo que entristece al mundo es la falta de santidad”. Son palabras emocionantes. Si nos paráramos un momento a meditarlas, nos daríamos cuesta de que lo que se nos pide no es tan complicado. Tan sólo ser fiel en las cosas pequeñas.
Gracias Eli. He subrayado esa parte del texto inspirada en tu mensaje, para resaltarlo.
Es verdad debiera ser sencillo, si nos detubieramos tan solo un momento para reflexionarlo: santificar las pequeñas cosas de todos los dias. Un abrazo.
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