«Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos»
(Jn 15,13).
En la Audiencia del 2 de septiembre de 1998 el Siervo de Dios Juan Pablo II explicaba esta “cima de amor, alcanzada por Cristo crucificado” diciendo que “nadie puede llegar sin la ayuda del Paráclito.” Y agregaba “Más aún, santo Tomás de Aquino escribió que la «ley nueva» es la misma gracia del Espíritu Santo, que nos ha sido dada mediante la fe en Cristo (cf. Summa Theol., I-II, q. 106, a. 1, conclusio et ad 2). Esta «ley nueva» de libertad y amor está personificada en Jesucristo, pero, al mismo tiempo, con total dependencia de él y de su redención, se expresa en la Madre de Dios”
Kolbe no ofreció su vida por casualidad. Su “dar la vida" se convirtió en un “signo de victoria”. Fue su amor hasta el extremo, “inspirado en la Inmaculada, a la que confiaba su amor por Cristo y su deseo del martirio. En el misterio de la Inmaculada Concepción se desvelaba a los ojos de su alma aquel mundo maravilloso y sobrenatural de la gracia de Dios ofrecida al hombre. La fe y las obras de toda la vida del padre Maximiliano indican que entendía su colaboración con la gracia como una milicia bajo el signo de la Inmaculada Concepción. La característica mariana es particularmente expresiva en la vida y en la santidad del padre Kolbe. Con esta señal quedó marcado todo su apostolado, tanto en su patria como en las misiones. En Polonia y en Japón fueron centro de este apostolado las especiales ciudades de la Inmaculada «Niepokalonów», polaco, «Mugenzai no Sono», japonés”
(de la Homilía de Juan Pablo II en su Canonización 10 de octubre 1982)
Kolbe no ofreció su vida por casualidad. Su “dar la vida" se convirtió en un “signo de victoria”. Fue su amor hasta el extremo, “inspirado en la Inmaculada, a la que confiaba su amor por Cristo y su deseo del martirio. En el misterio de la Inmaculada Concepción se desvelaba a los ojos de su alma aquel mundo maravilloso y sobrenatural de la gracia de Dios ofrecida al hombre. La fe y las obras de toda la vida del padre Maximiliano indican que entendía su colaboración con la gracia como una milicia bajo el signo de la Inmaculada Concepción. La característica mariana es particularmente expresiva en la vida y en la santidad del padre Kolbe. Con esta señal quedó marcado todo su apostolado, tanto en su patria como en las misiones. En Polonia y en Japón fueron centro de este apostolado las especiales ciudades de la Inmaculada «Niepokalonów», polaco, «Mugenzai no Sono», japonés”
(de la Homilía de Juan Pablo II en su Canonización 10 de octubre 1982)
4 comentarios:
que no se me olvide ponerte un link el 2 de septiembre :)
Gracias Marta.
claro, lo olvidé, qué horror! hoy ya es 3!
Hola Marta. Agosto pasa tan rapido verdad? Mes de vacacinoes por esa parte del hemisferio....Gracias por tu visita! Un fuerte abrazo.
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