“Como obispo he apoyado numerosas iniciativas de los laicos. Eran muy diversas: por ejemplo, el Oficio para la pastoral familiar, las reuniones de estudio para clérigos y estudiantes de medicina llamados Klermed, el Instituto para la Familia. Antes de la guerra era muy activa la Acción Católica con sus cuatro ramas: hombres, mujeres, juventud masculina y femenina; actualmente está renaciendo en Polonia. Fui también presidente de la Comisión para el Apostolado de los Laicos en el episcopado polaco. Mantenía el periódico católico Tygodnik Powszechny y procuraba animar al grupo de personas que se reunía en torno a él. En aquella epoca era algo muy necesario. Venían a verme redactores, intelectuales, médicos, artistas... A veces entraban a escondidas, porque eran los tiempos de la dictadura comunista. Se organizaban incluso simposios: la casa estaba casi siempre ocupada, llena de vida. Y las hermanas Esclavas del Sagrado Corazón tenían que dar de
comer a todos...
He estado también al lado de iniciativas nuevas, en las que sentía el soplo del Espíritu de Dios. Con el Camino Neocatecumenal me he encontrado recién en Roma. También con el Opus Dei, que erigí en prelatura personal en 1982. Se trata de dos realidad eseclesiales que despiertan en los laicos un gran deseo de vincularse a ellas. Ambas iniciativas han salido de España, país que tantas veces en la historia ha dado impulsos providenciales para la renovación espiritual. En octubre de 2002 tuve la alegría de inscribir en el Registro de los Santos a Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Del, celoso sacerdote, apóstol de los laicos para tiempos nuevos.
En los años de mi ministerio en Cracovia sentí siempre la cercanía espiritual de los miembros de la Obra de María, los Focolares. Admiraba su intensa actividad apostólica orientada a que la Iglesia llegara a ser cada vez más casa y escuela de comunión. Desde que fui llamado a la Sede de Roma he recibido varias veces a Chiara Lubich con representantes de numerosas ramas del Movimiento de
los Focolares. Otro movimiento surgido de la vitalidad de la Iglesia en Italia es Comunión y Liberación. Su promotor es monseñor Luigi Giussani. Hay en el mundo de los laicos numerosas iniciativas con las que he entrado en contacto en estos años. Pienso, por ejemplo, en el ámbito francés, en L'Arche y en Foi et Lumi#re de Jean Vanier. Hay todavía más, pero no es posible citarlas todas aquí. Me limito a decir que las apoyo y las tengo presentes en mi oración. Pongo en ellas grandes esperanzas y deseo que se cumpla de este modo la llamada: «Id también vosotros a mi viña » (Mt 20, 4). Pensando en ellos he escrito la exhortación Christifideles laici: La llamada no se dirige solo a los pastores, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se extiende a todos: también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo (n. 2)”.
comer a todos...
He estado también al lado de iniciativas nuevas, en las que sentía el soplo del Espíritu de Dios. Con el Camino Neocatecumenal me he encontrado recién en Roma. También con el Opus Dei, que erigí en prelatura personal en 1982. Se trata de dos realidad eseclesiales que despiertan en los laicos un gran deseo de vincularse a ellas. Ambas iniciativas han salido de España, país que tantas veces en la historia ha dado impulsos providenciales para la renovación espiritual. En octubre de 2002 tuve la alegría de inscribir en el Registro de los Santos a Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Del, celoso sacerdote, apóstol de los laicos para tiempos nuevos.
En los años de mi ministerio en Cracovia sentí siempre la cercanía espiritual de los miembros de la Obra de María, los Focolares. Admiraba su intensa actividad apostólica orientada a que la Iglesia llegara a ser cada vez más casa y escuela de comunión. Desde que fui llamado a la Sede de Roma he recibido varias veces a Chiara Lubich con representantes de numerosas ramas del Movimiento de
los Focolares. Otro movimiento surgido de la vitalidad de la Iglesia en Italia es Comunión y Liberación. Su promotor es monseñor Luigi Giussani. Hay en el mundo de los laicos numerosas iniciativas con las que he entrado en contacto en estos años. Pienso, por ejemplo, en el ámbito francés, en L'Arche y en Foi et Lumi#re de Jean Vanier. Hay todavía más, pero no es posible citarlas todas aquí. Me limito a decir que las apoyo y las tengo presentes en mi oración. Pongo en ellas grandes esperanzas y deseo que se cumpla de este modo la llamada: «Id también vosotros a mi viña » (Mt 20, 4). Pensando en ellos he escrito la exhortación Christifideles laici: La llamada no se dirige solo a los pastores, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se extiende a todos: también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo (n. 2)”.
de Juan Pablo II ¡Levantaos! ¡Vamos! Cuarta Parte “La paternidad del Obispo” Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2004)
2 comentarios:
los neocatecumenales... nacieron en Espana? sí? no sabía...
pobre Espana y... cómo está ahora...
Una gran obra iniciada por Kiko Argüello y C. Hernández http://www.camminoneocatecumenale.it
"nacida entre los pobres como fruto del Concilio Vaticano II" extenida por todo el mundo. Tengo una amiga alemana que vive en Munich y es parte de un grupo neocatecumenal, aunque reconoce que son una gota de agua en el oceano, trabajando casa por casa. Pero como dice el Papa Benedicto "una minoria creativa"
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