(La foto es mía La Escuela de Atenas – Museos Vaticanos – pero invito leer el texto
de Wikipedia)
Hace dos años publiqué El arte de dialogar , un artículo de la Dra. Graciela Palau. Son reflexiones que es bueno desempolvar pues en nada ha cambiado nuestra sociedad de gobernantes y gobernados en la Argentina de hoy. El artículo no tiene desperdicio. Invito leerlo completo. Cito aquí solo unos párrafos.
“Solidaridad significa,
según Wojtyla, una disposición constante a aceptar y a realizar la parte que a
uno le corresponde en la comunidad en función del bien común. Esta orientación
hacia el bien común es la que posibilita a cada uno saber cuándo es necesario
aceptar una proporción mayor de la responsabilidad y actuación que normalmente
le corresponden. La actitud solidaria de un miembro de una comunidad se
manifiesta mediante la disposición a complementar lo que hacen los demás.
Además, la solidaridad y la actitud que el autor denomina oposición
constructiva no son intrínsecamente contradictorias. El opositor es solidario
cuando no retira su disposición a actuar y trabajar por el bien común. Al
contrario, el opositor es solidario porque quiere participar en su búsqueda. La
actitud de oposición auténtica busca la participación social como consecuencia
de una honda preocupación por el bien común. Por eso, piensa Wojtyla que el
sistema social debe facilitar no sólo que la oposición constructiva se exprese
a sí misma dentro del marco de la comunidad, sino también que actúe en
beneficio de la comunidad. La búsqueda del bien común debe liberar y apoyar la
actitud de solidaridad, pero nunca de forma que sofoque la oposición y se
mantenga al margen de ella. Esa actitud solidaria y de apertura a los aportes
de la oposición es lo que necesitamos los ciudadanos argentinos en las actuales
circunstancias para afrontar esta etapa de nuestra historia. Es preciso un
reconocimiento sincero de los aportes de todos los sectores y destacar los
puntos de unidad que suelen ser más que las diferencias, para reconducir la
gestión hacia la búsqueda del bien común.
En este contexto arroja luz la explicación que
hace Wojtyla sobre el sentido del diálogo. Es el diálogo una actitud que
conduce a una forma adecuada de seleccionar y resaltar lo verdadero y lo bueno
que surge en las situaciones controvertidas. En cambio, intenta eliminar las
actitudes y opiniones parciales, preconcebidas o subjetivas que son el origen
de enfrentamientos y conflictos empobrecedores de la comunidad. Los titulares
de los medios en estos últimos días posteriores a la votación en el Senado,
reflejan un reclamo social: la necesidad de diálogo para superar la crisis. La
ciudadanía quiere evitar caer nuevamente en las actitudes que Wojtyla llama
inauténticas del conformismo y la evasión. Un conformismo superficial o
interesado que pretende evitarse problemas o busca ventajas inmediatas. La
evasión se produce si los miembros de una sociedad pierden interés en la
participación y están ausentes de la vida social porque se les impide toda
colaboración. La democracia no se construye con dialécticas y enfrentamientos
sino con el diálogo auténtico y la participación de todos. Tenemos que aprender
el arte de dialogar, fomentar una actitud de verdadero interés en comprender a
los demás y escucharles con verdadero interés. Diálogo es búsqueda del logos,
de la verdad o de lo razonable entre dos que se escuchan y entienden….
[…]
Un ordenamiento
democrático se basa en principios de solidaridad, en el esfuerzo del trabajo y
en el ejercicio de la libertad. Exige reconocer íntegramente los derechos de la
conciencia humana, escuchar al opositor del que se pueden obtener aportes para
el bien común y reconocer los derechos de todos, sin distinción ni
discriminación. En estos principios está el fundamento primario de todo
ordenamiento político auténticamente libre.”
2 comentarios:
buenísimo! gracias!
;)
Publicar un comentario