Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 12 de junio de 2008

Juan Pablo II en la Argentina 11-12 de junio 1982 (2)


Sábado 12 de junio de 1982 Juan Pablo II en Buenos Aires


Fueron tan solo dos días que estuvo entre nosotros pero las multitudes que convocó darían envidia a más a de uno. El, sin embargo, no cesó de recordarnos que solo venía a unir su voz y su súplica a la nuestra, que había venido porque tenia prisa en confirmar con su presencia el profundo afecto por nosotros y en compartir con nosotros su anhelo de paz y concordia entre los hombres del mundo entero. Así se expresó en el encuentro con los obispos en la curia metropolitana de Buenos Aires donde, entre otros, meditó con ellos algunos puntos de Lumen Gentium. “La paz verdadera – les dijo – tiene que ser el fruto maduro de una lograda integración de patriotismo y universalidad….Pero no olvidemos nunca: la Iglesia debe ser forma mundi, también en el plan de la paz y de la reconciliación. Por eso, un Pastor de la Iglesia no puede callar el verbum reconciliationis, ni dispensarse del ministerium reconciliationis tambien para el mundo, en el cual las fracturas y divisiones, odios y discordias rompen constantemente la unidad y la paz. No lo hará con los instrumentos de la política, sino con la palabra humilde y convincente del Evangelio”
Después de saludar a la multitud desde los balcones de la Curia arzobispal se dirigió en “papamóvil” hasta Palermo, donde junto al Monumento a los españoles, plaza unida a la memoria del XXXII Congreso Eucarìstico Internacional del año 1934, se había levantado un gigantesco altar cubierto donde lo esperaba una verdadera multitud. Alli concelebro la Santa Misa. Era Domingo de Corpus Christi y en su homilía recordó algunas palabras del día anterior y las enlazo con la solemnidad “en el Santuario de la Madre de Dios en Luján, santuario de la nación argentina, hemos meditado, siguiendo la palabra de la liturgia, sobre el misterio de la elevación del hombre en la cruz de Cristo. Desde lo alto de la cruz llegan a cada uno de nosotros las palabras: “Mujer, he ahí a tu hijo” - “He ahí a tu Madre”; y hemos escuchado estas palabras en los corazones, como preparación a la solemnidad de hoy: La solemnidad del santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. …. La solemnidad de este día nos invita a volver al cenáculo del Jueves Santo….” No pudo dejar de dirigirles unas palabras a los jóvenes, que - según se dijo- eran gran mayoria : “No dejen que el odio marchite las energías generosas y la capacidad de entendimiento que todos llevan dentro. Hagan con sus manos unidas- junto con la juventud latinoamericana, que en Puebla confié de modo particular al cuidado de la Iglesia – una cadena de unión más fuerte que las cadenas de la guerra. “

Finalizada la Misa y no obstante el difícil momento que atravesaba la Argentina naturalmente se produjo una explosion de entusiasmo, aplausos y vítores al Santo Padre que lo fueron acompañando por las calles de Buenos Aires y por las autopistas que lo condujeron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Después de una conversación a solas con el Presidente Galtieri, de unos 20 minutos, el Santo Padre pronunció el discurso de despedida. Agradeció “las cordiales y vistosas manifestaciones de afecto recibidas al cruzar vuestras plazas, avenidas – 9 de Julio y Rivadavia – sobre todo y ante todo vuestra presencia en los lugares de oración….Con un hasta pronto! Me despido de todos, bendiciendo a cada argentino, sobre todo a los enfermos y a los que sufren o lloran por las victimas de la guerra. Dios bendiga a Argentina, Dios bendiga a América Latina. Dios bendiga al mundo”.


En ese encuentro en Palermo tuvimos (como grupo) una de esas experiencias que pertenecen al tesoro de los recuerdos imborrables marcados por la incógnita de lo inexplicable. Vestidos otra vez con nuestros trajes regionales llegamos algo tarde por el caos en el tránsito. Tratando de llegar hasta donde fuera posible nos acercamos cuanto pudimos por el lado de la Avenida Libertador. Allí nos enteramos que la entrada para las “visitas” e “invitados” era por la calle Sarmiento. No eramos ni lo uno ni lo otro, ni teníamos entradas siquiera. De todas maneras literalmente volamos esos cientos de metros y llegamos apresurados, nerviosos al lugar de la entrada. Como nos vieron en trajes regionales nadie nos detuvo – habrán pensado…. un grupo de polacos que llega tarde….y les puedo asegurar que el traje regional polaco y el esloveno en nada se parecen. Una vez franqueada lo que era la entrada, primero logramos caminar y adelantarnos un poco hasta que una inundación de gente literalmente se nos vino encima. Era como si nos estuviese empujando una topadora, lo curioso que ni siquiera sabíamos hacia donde nos empujaban. Pero ellos sí lo sabían porque bien pronto nos encontramos en la parte trasera del altar. Allí, debo admitir, que también nosotros hicimos nuestros esfuerzos en dar la vuelta y llegar hasta la parte delantera. Obviamente nos perdimos, nos separamos…pero valía la pena pues de repente me encontré en las primeras filas debajo del altar donde Juan Pablo II oficiaría la Misa. Y de allí si que no me movía nadie ni lo cambiaba por ninguna entrada, salvo que tuviese el honor de estar allá arriba a los costados del altar.


Dios te bendiga Mensajero de la Paz…..Argentina, Argentina …junto a ti siempre estará!

2 comentarios:

Alicia... MISIONERA DE CRISTO RESUCITADO EN EL MUNDO DE HOY dijo...

FELICITACIONES POR EL TRABAJO REALIZADO, FALTARIA ALGO DE LA VISITA A BAHIA BLANCA...
PERO ESTA REBUENO...LO PONDRE EN MI BOLG: http://laicosdeapie.blogspot.com/
BENDICIONES
ALI

Ludmila Hribar dijo...

Hola Alicia. Gracias por la visita. Pero es que en el `82 no estuvo en Bahia Blanca pero si en su 2do viaje y podras encontrar refrencia en : http://juanpablo2do.blogspot.com/2009/09/juan-pablo-ii-en-la-argentina-1987-4.html
Los posts de ese viaje aun no los he terminado, los estoy completando. pero por Bahia Blanca ya paso ;) Si tienes algun testimonio de esa visita puedes enviarmelo. Un abrazo. Ljudmila