Hoy pido nos unamos en oración junto al Santo Padre Benedicto XVI y la Iglesia toda para "Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, para que también ellos sean en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17, 21)
Un amigo me invita a reflexionar y me sugiere visitar el blog de Francesco donde nos recuerda que “ entre las relaciones entre la Santa Sede y los Lefebvristas la cuenta regresiva ha comenzado: el 28 de junio, la Fraternidad de San Pío X, fundada por el Arzobispo francés que no aceptó la reforma litúrgica postconciliar, tendrá que decidir si acepta las cinco condiciones propuestas por el Vaticano para reingresar en la plena comunión con Roma” y mas adelante dice que “El proceso de acercamiento comenzó en el 2000, cuando los Lefebvristas hicieron una peregrinación a Roma por el Año Santo. Esto fue seguido por una breve audiencia dada por el Papa Wojtyla a Monseñor Fellay y marcó el comienzo de largas y laboriosas negociaciones con el Cardenal Castrillón”
En enero del año 2002 la Comunidad de fieles brasileños simpatizantes del arzobispo francés Marcel Lefebvre volvía al seno de la Iglesia, después de 20 años de separación. El único grupo cismático del continente americano estaba formado por el obispo, Licinio Rangel, 26 sacerdotes y numerosos fieles y laicos, que se encontraban en su mayoría en el estado de Río de Janeiro, y que volvian a la plena comunión con la Iglesia católica, apostólica y romana…. En su carta fechada 25 de diciembre del 2001 el Papa Juan Pablo II expresaba su inmensa alegría a Licinio Rangel y a los hijos de la Unión de San Juan Maria Vianney de Brasil, por haber renovado la propia profesión de fe declarando la plena comunión con la cátedra de Pedro. "Con suma alegría hemos recibido vuestra carta del pasado 15 de agosto – decía - con la que toda la Unión ha renovado su profesión de fe católica, declarando su comunión plena con la Cátedra de Pedro, reconociendo "su primado y gobierno sobre la Iglesia universal, sobre los pastores y sobre los fieles", y declarando asimismo que "por nada del mundo queremos separarnos de la Piedra sobre la que Jesucristo fundó su Iglesia".
Era un primer paso concreto…. oremos acompañando al Santo Padre Benedicto XVI para que esa herida en nuestra Iglesia sane pronto y definitivamente.
(Gracias Sebastián por recordarmelo)
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