Ante la dura realidad de Guatemala en 1983 el Santo Padre no dudó en pregonar la paz y la reconciliación.
Su intensa jornada del dia 7 de marzo de 1983 comenzaría con la visita a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Saludo con las palabras evangélicas, tan llenas de esperanza ¡La paz sea siempre con vosotros! En la casa del Señor, animó a los guatemaltecos para que, fortalecidos con su gracia, consoliden día a día un ambiente de comunión.
Se dirigió luego a Campo de Marte donde celebró la Eucaristía. En su homilía reflexionó sobre la fe, la fe en primer lugar en el Padre, dador de todo bien y creador de cuanto existe; en el Hijo concebido por obra del Espíritu Santo que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y se encarnó de Maria la Virgen; fe en el Espiritu Santo a quin adoramos con el Padre y con el Hijo; pero también fe en la Iglesia, una, santa, católica y apostólica, amándola siempre.
En palabras claras y fuertes expresó: “…la fe nos enseña que el hombre es imagen y semejanza de Dios, eso significa que está dotado de una inmensa dignidad; y cuando se atropella al hombre, cuando se violan sus derechos, cuando se cometen contra él flagrantes injusticias, cuando se le somete a las torturas, se le violenta con el secuestro o se viola su derecho a la vida, se comete un crimen y una gravísima ofensa a Dios; entonces Cristo vuelve a recorrer el camino de la pasión y sufre los horrores de la crucifixión en el desválido y oprimido”..,..”No más divorcio entre fe y vida”
Tuvo palabras muy cordiales en su encuentro con los indígenas en Quetzaltenango
a quienes agradeció haber recorrido tan diferentes caminos para llegarse hasta allí. También con ellos fue muy claro expresando que “todos los hombres tenemos la misma dignidad y valor ante El, que todos somos hijos del Padre que esta en el cielo; que nadie debe despreciar o maltratar a otro hombre, ..” “Vuestras culturas indígenas son riqueza de los pueblos” les dijo e invitó “al máximo respeto, estima, simpatia y apoyo por parte de toda la humanidad” La Iglesia conoce - les dijo -, “la marginación que sufrís, las injusticias que soportáis, las serias dificultades que tenéis para defender vuestras tierras y vuestros derechos: la frecuente falta de respeto hacia vuestras costumbres y tradiciones”
Les invitó a cultivar los valores de la piedad, la laboriosidad, el amor al hogar y a la familia, la solidaridad, el apostolado.
“Quinyá rutzil iwach conojel, ishokib, achijab, alobom, alitomab, e rij tak winak” (Doy un saludo de paz a todos ustedes, mujeres, hombres, muchachos, muchachas, gente vieja).
Les invitó a cultivar los valores de la piedad, la laboriosidad, el amor al hogar y a la familia, la solidaridad, el apostolado.
“Quinyá rutzil iwach conojel, ishokib, achijab, alobom, alitomab, e rij tak winak” (Doy un saludo de paz a todos ustedes, mujeres, hombres, muchachos, muchachas, gente vieja).
No hay comentarios:
Publicar un comentario