Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 1 de marzo de 2008

Testamento Juan Pablo II - 2


(parte del Testamento donde el Santo Padre Juan Pablo II hablaba (y aclaraba) sus deseos acerca del funeral y lugar de entierro)

El texto del 6.III.1979 decía:
(con este texto comienza el pequeño librito del Testamento publicado por L' Osservatore Romano)

"Totus Tuus ego sum En el Nombre de la Santísima Trinidad. Amén. «Velad porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor» (cf. Mt 24, 42), estas palabras me recuerdan la última llamada, que vendrá en el momento que quiera el Señor. Quiero seguirle y deseo que todo lo que forma parte de mi vida terrenal me prepare a este momento. No sé cuando llegará, pero como todo, también deposito este momento en las manos de la Madre de mi Maestro: Totus Tuus. En sus manos maternas lo dejo todo y a todos aquellos con quienes me ha ligado mi vida y mi vocación. En esas manos dejo sobre todo a la Iglesia y también a mi nación y a toda la humanidad. A todos doy las gracias. A todos pido perdón. Pido también oraciones para que la misericordia de Dios se muestre más grande que mi debilidad y mi indignidad. Durante los ejercicios espirituales he releído el testamento del Santo Padre Pablo VI. Su lectura me ha llevado a escribir el presente testamento. No dejo tras de mí propiedad alguna de la que sea necesario disponer. En cuanto a las cosas de uso cotidiano que me servían, pido que se distribuyan como se considere oportuno. Que se quemen mis apuntes personales. Pido que se encargue de todo esto don Estanislao a quien doy las gracias por la colaboración y la ayuda tan prolongadas en estos años y tan grande. Todos los demás agradecimientos, en cambio, los dejo en el corazón ante Dios mismo, porque es difícil expresarlos. Por lo que se refiere al funeral, repito las mismas disposiciones que dio el Santo Padre Pablo VI (nota al margen: la sepultura en la tierra, no en un sarcófago, 13.3.92) Sobre el lugar que decida el Colegio Cardenalicio y los connacionales.
«Apud Dominum misericordia et copiosa apud Eum redemptio»."

Juan Pablo II

"Después de la muerte pido Santas Misas y oraciones"

El 5 de marzo de 1982 agregaba:
En relación con la última frase de mi testamento del 6.III 1979 («Sobre el lugar --es decir, el lugar del funeral-- que decida el Colegio Cardenalicio y los compatriotas»). Aclaro que con esto pienso en el arzobispo metropolitano de Cracovia o en el Consejo General del Episcopado de Polonia. Mientras tanto, al Colegio Cardenalicio pido que responda en lo posible a las eventuales peticiones de los antes mencionados.

El 1ro de marzo de 1985
(en el curso de los ejercicios espirituales) corregía : Otra vez - en lo que se refiere a la expresión “Colegio Cardenalicio y los Connacionales”: el “Colegio Cardenalicio” no tiene ninguna obligación de consultar sobre este argumento a “los Connacionales; sin embargo puede hacerlo, si por algún motivo lo considera justo.

*
Referente al lugar de sepultura me permito contar aquí una anécdota de mi primer viaje a Polonia en mayo 2005. En mi entusiasmo y deslumbrada por todo lo que entonces se podia ver en el Museo Arquidiocesano de la calle Kanonicka en Cracovia, donde vivió Karol Wojtyla entre 1951 y 1963, le pregunté al guardián si no le parecía que Juan Pablo II deberia estar enterrado en su querida Cracovia y me respondio muy seria y resueltamente : no, de ninguna manera, el debe estar en Roma, es alli donde esta la sede de la Iglesia. Buena lección me dio el señor!

Y en cuanto a los deseos de Juan Pablo II expresados más arriba no todos fueron cumplidos pues don Estanislao, como el lo llamaba a su fiel secretario, ahora Cardenal Dziwisz, decidió que no podia destruirse ningún apunte, pues eran demasiado valiosos. Buena decisión Cardenal Dziwisz!

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