Miércoles
(Como decía en la Introducción esta es la
Novena completa que rezamos en mi parroquia; quien lo desee puede saltear el
texto y rezar solamente la Coronilla de la Divina Misericordia)
Hoy tráeme
a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños y sumérgelos
en mi misericordia. Éstas son las almas más semejantes a mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante
mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis
altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia;
concedo mi confianza a las almas humildes.
Jesús misericordiosísimo, tu mismo has dicho: Aprendan de mí que soy
manso y humilde de Corazón. Acoge en la morada de tu compasivisimo Corazón a
las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan
a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un
ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios
mismo. Estas almas tienen una morada permanente en tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y
misericordia por la eternidad.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes, y a
las almas de los niños pequeños que están encerradas en el compasivisimo Corazón
de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo. Su fragancia asciende
desde la tierra y alcanza tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico
por el amor que tienes por estas almas y el gozo que te proporcionan, bendice
al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de tu
misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Luego se reza la Coronilla a la Divina Misericordia
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