Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

domingo, 25 de mayo de 2008

Benedicto XVI en Polonia 2006


El 25 de mayo de 2006, el Santo Padre Benedicto XVI llegaba a Polonia, la querida patria de Juan Pablo II. Era su segundo viaje al exterior, el primero habia sido para presidir la XX Jornada Mundial de la Juventud (18-21 de agosto de 2005) en Colonia, Alemania. Benedicto XVI visitó Polonia en varias oportunidades como Cardenal, la primera vez en 1979 acompañando a Juan Pablo II, “una experiencia inolvidable pues habia podido coprobar „el entusiasmo de la fe, la fuerte resistencia al ateismo, la fuerza de la fé catolica”. La última en 2003 como delegado papal con ocasion del 750 aniversario de la canonización de san Estanislao.


Se dijo que este viaje de Benedicto XVI a Polonia era el viaje a Mexico de Juan Pablo II. Y así fué, la visita de Benedicto XVI superó todas las expectativas más optimistas, vistos los comentarios publicados al término de su visita. Literalmente ya se “ganó” el pueblo polaco a su llegada al Aeropuerto de Varsovia con sus palabras llenas de cariño por su “amado predecesor”, a solo poco más de un año de su partida a la casa del Padre.

“Me alegra poder estar hoy entre vosotros en tierra de la República polaca. He deseado mucho esta visita al país y entre la gente de la cual provenía mi amado predecesor, el siervo de Dios Juan Pablo II. He venido para seguir las huellas del itinerario de su vida, desde su infancia hasta su partida al memorable cónclave de 1978. Siguiendo este camino, quiero encontrarme y conocer mejor a las generaciones de creyentes que lo ofrecieron al servicio de Dios y de la Iglesia, y a cuantos nacieron y maduraron para el Señor bajo su guía pastoral como sacerdote, obispo y Papa” Y el pueblo polaco entendió.

Pero también aclaró “Nuestro camino común estará acompañado por el lema: "Permaneced firmes en la fe". Lo recuerdo desde el inicio para afirmar que no se trata sólo de un viaje emotivo, aunque también lo sea en este aspecto, sino de un itinerario de fe, enmarcado en la misión que me ha confiado el Señor en la persona del apóstol san Pedro, que fue llamado a confirmar a los hermanos en la fe (cf. Lc 22, 32). Y recordando la historia polaca agregó “Yo también quiero beber de la fuente abundante de vuestra fe, que mana sin interrupción desde hace más de un milenio”. También felicitó al cardenal Józef Glemp, arzobispo de Varsovia y primado de Polonia, por el 50° aniversario de su ordenación sacerdotal y recordó al siervo de Dios cardenal Stefan Wyszynski, al “primado del milenio".

Ante todo, doy gracias a mi Dios, por medio de Jesucristo, por todos vosotros (...), pues ansío veros, a fin de comunicaros algún don espiritual que os fortalezca, o más bien, para sentir entre vosotros el mutuo consuelo de la común fe: la vuestra y la mía" (Rm 1, 8-12). Con estas palabras del apóstol san Pablo me dirijo a vosotros, queridos sacerdotes, porque en ellas encuentro perfectamente reflejados mis actuales sentimientos y pensamientos, deseos y oraciones

Allí el Santo Padre Benedicto XVI expresó “Mi amado predecesor el siervo de Dios Juan Pablo II, cuando visitó esta Iglesia de la Santisima Trinidad en 1991, subrayó: "Por mucho que nos esforcemos en lograr la unidad ella es siempre un don del Espíritu Santo. Sólo estaremos dispuestos a recibir este don si hemos abierto nuestra mente y nuestro corazón a él a través de la vida cristiana y especialmente a través de la oración" (Encuentro ecuménico de oración, 9 de junio de 1991, n. 6: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 19 de julio de 1991, p. 8). En efecto, no podemos "lograr" la unidad sólo con nuestras fuerzas. Como recordé durante el encuentro ecuménico del año pasado en Colonia: "Podemos obtenerla solamente como don del Espíritu Santo" (Discurso a los representantes de otras Iglesias y comunidades eclesiales, 19 de agosto de 2005: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 26 de agosto de 2005, p. 9)”

1 comentario:

Ludmila Hribar dijo...

Gracias Luisa por tu mensaje. Tenemos mucho para recordar de Juan Pablo II y el Santo Padre Benedicto XVI nos lo recuerda bastante a menudo ;) Un abrazo.