Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

miércoles, 21 de mayo de 2008

Casa de acogida ‘Don de María’


El 21 de mayo de 1988 el Santo Padre Juan Pablo II inauguraba el Comedor para los Pobres “Dono di Maria”.

En su discurso decía “Podéis comprender la alegría y la emoción que siento en este momento, al ver hecho realidad un proyecto que anhelaba desde hacía tiempo, una ‘Casa de acogida para los más pobres’, aquí dentro de los muros de esta ciudad que es el centro mismo de la Iglesia»
Era un proyecto que hacia tiempo albergaba en su corazon. Habia bendecido la piedra angular el 17 de junio del año anterior y ahora estaba alli de frente a ese proyecto hecho realidad para dar acogida y toda la atención posible a aquellos “que no tienen un lugar donde refugiarse durante la noche, y que se hallan privados hasta de la más minima calidez familiar y humana que los sostenga”.
El Santo Padre le dedicó unas palabras de especial gratitud a la Madre Teresa, quien “desde el inicio habia seguido con interés y dedicación todas las etapas de la realización del proyecto” y a sus hijas les fue confiada la administración y la atención de la obra por su conocida solicitud para con los más pobres entre los pobres.

El centro de acogida “Don de Maria” era bien conocido al Santo Padre Benedicto XVI (entonces Cardenal Ratzinger) quien durante su visita al Centro el 4 de enero de este año recordaba que “Durante muchos años, cuando era prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, pasaba varias horas de la jornada al lado de vuestra benemérita institución, que mi venerado predecesor el siervo de Dios Juan Pablo II promovió y encomendó a la beata Teresa de Calcuta. Así pude apreciar el generoso servicio de caridad evangélica que las Misioneras de la Caridad realizan desde hace casi veinte años con la ayuda y la colaboración de numerosas personas de buena voluntad

Proseguía el Santo Padre Benedicto XVI “Cuando se abrió esta casa, la beata madre Teresa quiso llamarla "Don de María", deseando que aquí se experimente siempre el amor de la santísima Virgen. En efecto, para cualquier persona que venga a llamar a la puerta es un don de María el sentirse acogido por los brazos amorosos de las Hermanas y de los voluntarios”.
En su despedida Benedicto XVI expresó “La visita que he querido realizar hoy se sitúa en la línea de las numerosas visitas de mi amado predecesor el siervo de Dios Juan Pablo II, que impulsó con empeño esta casa de acogida para los más pobres, precisamente aquí, en el centro mismo de la Iglesia, al lado de Pedro, que sirvió, siguió y amó a Jesús, el Señor”.

No hay comentarios: