Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 16 de mayo de 2008

Juan Pablo II y Paraguay - 20 años - 1


La visita del Santo Padre Juan Pablo II a Paraguay en mayo de 1988 “aún despierta la esperanza en una nueva evangelización mucho más encarnada en el pueblo, como él la llamara nueva en su ardor, en su expresión y en su metodología”…. “La Iglesia en Paraguay trabaja en ese objetivo desde la Conferencia episcopal Paraguaya y en cada diócesis” expresó el Arzobispo de Asunción, Mons. Pastor Cuquejo, en marzo pasado cuando se presentaba un CD documental sobre Juan Pablo II titulado “Huellas de Juan Pablo II, 20 años después”.

Era el último de los paises que visitaba Juan Pablo II como parte de su viaje apostólico a Uruguay, Bolivia, Lima y Paraguay en 1988. Llegó al aeropuerto Nacional de Asunción el 16 de mayo de 1988. Bajo una intensa lluvia besaba con amor y respeto tierra paraguaya. Sabia que visitaba “un país no exento de dificultades, pero lleno de esperanza y de fe en Dios”. La finalidad de su viaje era “hacer que el mensaje evangélico siga modelando más y más nuestros corazones y transforme nuestras vidas, proyectándose con fuerza y eficacia sobre todas las estructuras de la convivencia cívica y social”. Dice hoy ABC Digital que “en la retina y en la mente de miles de paraguayos aún están grabados aquellos momentos históricos, como si fuera que sucedieron ayer o hace un año”.

El mismo dia de su llegada tuvo lugar la celebración más importante : la canonización de los beatos Roque González, Alfonso Rodriguez y Juan del Castillo (tres jesuitas mártires) en Campo «Ñu Guazú» de Asunción. Un dia de verdadera fiesta para el pueblo paraguayo: Roque González de Santa Cruz, primer santo paraguayo. Nacido en Asunción en el año 1576, fue ordenado sacerdote a los 23 años. El 9 de mayo de 1609 entró en la Compañía de Jesús y dos años mas tarde fue nombrado superior de la primera Reducción de Paraguay, San Ignacio Guazú.

Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo, nacidos en tierras de España, en Zamora el primero y en Belmonte (Cuenca) el segundo, los cuales, por amor a Dios y a los hombres, vertieron su sangre en tierras americanas”. “ San Roque y sus compañeros siguieron el ejemplo de San Ignacio, plasmado en sus Constituciones: “Los medios que unen al instrumento con Dios y lo disponen a dejarse guiar por su mano divina son más eficaces que aquellos que lo disponen hacia los hombres” (San Ignacio de Loyola, Constitutiones Societatis Iesu, n. 813).

Mas tarde tuvo lugar un encuentro con el Presidente de la Nacion, autoridades y el cuerpo diplomático. El Santo Padre expresó que su viaje revestia un carácter estrictamente religioso pero con palabras firmes agregó que “La evangelización, tarea de la Iglesia en todos los tiempos y por toda la tierra, repercute necesariamente en la vida de la sociedad humana. No se puede arrinconar a la Iglesia en sus templos, como no se puede arrinconar a Dios en la conciencia de los hombres”. Eran tiempos difíciles en Paraguay y él lo sabía muy bien. “La política tiene, en consecuencia, una dimensión ética esencial, porque es ante todo un servicio al hombre. La Iglesia, como depositaria del mensaje de salvación, puede y debe recordar a los hombres, y en particular a los gobernantes, cuáles son los deberes éticos fundamentales en esa búsqueda del bien de todos”. Pero, por otro lado, tambien recalcó que “en su peregrinar apostólico había tenido ocasión de recordar la primera evangelización de este continente de la esperanza y que Paraguay habia sido pionero y ejemplo para el mundo pues desde estas tierras vuestros mayores llevaron la fe y la civilización a otros muchos lugares”.

Terminaba el dia con un discurso a la Conferencia Episcopal del Paraguay en la Nunciatura Apostólica de Asunción

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este artículo es muy interesante, además me sirvió para realizar un trabajo. Gracias!!