El camino de la Cruz – símbolo de la fé - conocida como Cruz del Año Santo, Cruz del Jubileo, Cruz de la JMJ, Cruz peregrina o Cruz de los jóvenes, de las Jornadas Mundiales de la Juventud, cuya peregrinación completa y detallada se puede leer en el Sitio oficial de la Santa Sede, comenzó en Roma el 22 de abril de 1984, Año Santo de la Redención. La Cruz fue confiada al Centro San Lorenzo de Roma, (alli se puede leer detalles de su historia) que “se convertiría en su morada habitual durante los períodos en los que aquélla no estuviera peregrinando por el mundo …. “os confío el signo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención” decía entonces Juan Pablo II.
En 1986 la Cruz ya se encontraba en Roma. La cronología de sus peregrinaciones se fue desarrollando en forma similar a través de los años visitando comunidades, países y continentes, siempre volviendo a su “hogar – santuario romano” para estar presente en las Jornadas Mundiales diocesanas y ser traspasada por los jóvenes de las últimas Jornadas a los jóvenes en cuyo país se celebrarían las siguientes.
En 1987 tuvimos el privilegio y la bendición de tener la Cruz peregrina en Buenos Aires para la II Jornada Mundial de la Juventud, con el lema “Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él” (1Jn 4, 16). Ese Domingo de Ramos tan especial, en su viaje aspotolico a Uruguay, Chile y Argentina Juan Pablo II, desde esta América Latina que él llamó “continente de la esperanza”… por la fidelidad a Cristo,… por su fidelidad a la única esperanza, que es la cruz de Cristo”, nos invitó a todos ser “juventud cristiana de espíritu”, a saber pedir “Señor que vea” (Lc 18, 41). ¡Que vea yo, Señor, cuál es tu voluntad para mí en cada momento, y sobre todo que vea en qué consiste ese designio de amor para toda mi vida, que es mi vocación….poned esta petición en manos de Santa María - nos decía - nuestra Madre Sí, también yo quiero repetir con vosotros: “¡América Latina: sé tu misma! Desde tu fidelidad a Cristo, resiste a quienes quieren ahogar tu vocación de esperanza” (Celebración de la Palabra en Santo Domingo, III, n. 2, 12 de octubre de 1984).
Salve, oh cruz, nuestra única esperanza (Hymnus ad Vespras Hebdomadae Sanctae).
“Hoy preside este encuentro la gran cruz – expresaba Juan Pablo II - que encabezó todas las ceremonias del Año Santo de la Redención, y que el Domingo de Resurrección entregué a un grupo de jóvenes, diciéndoles: “Queridísimos jóvenes, al final del Año Santo os confío el signo mismo de este Año Jubilar. ¡La cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como señal del amor de nuestro Señor Jesucristo a la humanidad, y anunciad a todos que sólo en Cristo.
Y la Cruz siguió peregrinando por el mundo. En agosto de 1991, con ocasión de la VI Jornada Mundial de la Juventud la Cruz fue centro de la asamblea con los jóvenes en Czestochowa (Polonia) y Juan Pablo II pudo saludarla en su patria Polonia; el Domingo de Ramos de 1992, después de haber sido realizada su solemne entrega en Roma, antes de viajar a Estados Unidos, sede de las JMJ de 1993, la Cruz peregrinó a Australia, que estos dias la acoge nuevamente para las Jornadas Mundiales de la Juventud a realizarse en Sydney. En 1994 presidió la monumental JMJ celebrada en Manila. “La Cruz peregrina pasa de un continente al otro y los jóvenes de todas partes se reúnen para testimoniar juntos que Jesucristo es el mismo para cada uno, y su mensaje es siempre el mismo. En él no hay divisiones, ni rivalidades étnicas, ni discriminaciones sociales. Todos son hermanos y hermanas en la única familia de Dios”
En el año 2000 la Cruz prosiguió su peregrinación jubilar por Italia. : en la última etapa fue llevada desde Mantua a Roma a pie por un grupo de 200 jóvenes, que luego la entregaron a los delegados del Foro Internacional de Jóvenes con las palabras: “Durante el camino nos hemos enamorado profundamente de esta Cruz ... pero somos de verdad felices de dárosla, porque esta Cruz no es nuestra, es la Cruz de todos y para todos. Más bien, entendemos que este gesto es para nosotros el último acto de nuestra peregrinación, pero también el inicio de una nueva vida, en la que la Cruz no es más un trozo de madera, sino una Cruz que todos los días debemos llevar con nosotros” Y fue recibida en la Plaza San Pedro para la apertura de la XV Jornada Mundial de la Juventud, uno de los mayores e inolvidables encuentros, celebrado en Roma entre el 15 y 20 de agosto 2000. La Cruz fue entonces protagonista de un imponente Vía Crucis que a través el Foro Romano llegó hasta el Coliseo, fue inspiración de cientos de jóvenes que se acercaron al sacramento de la reconciliación en el Circo Máximo; más de dos millones participaron en la Misa final celebrada por el Santo Padre en Tor Vergata.
Y en el 2002, en su viaje por Canadá
interrumpido por tres días en el mes de febrero, fue llevada al Ground Zero, Nueva York, como signo de esperanza para el pueblo de los Estados Unidos, poco después de la tragedia del 11 de septiembre.
En el 2003 al regresar la Cruz de Irlanda y ser entregada a los jóvenes de Alemania, sede de la celebración de las JMJ 2005 en Colonia, al finalizar la Misa del Domingo de Ramos el Santo Padre Juan Pablo II nos “regaló” una copia del icono de María Salus Populi Romani: “A la delegación que ha venido de Alemania le entrego hoy también el icono de María. De ahora en adelante, juntamente con la Cruz, este icono acompañará las Jornadas Mundiales de la Juventud. Será signo de la presencia materna de María junto a los jóvenes, llamados, como el apóstol san Juan, a acogerla en su vida.” Era su testamento mariano. A partir de entonces el icono de Maria peregrina acompañando a la Cruz.
En el 2003 al regresar la Cruz de Irlanda y ser entregada a los jóvenes de Alemania, sede de la celebración de las JMJ 2005 en Colonia, al finalizar la Misa del Domingo de Ramos el Santo Padre Juan Pablo II nos “regaló” una copia del icono de María Salus Populi Romani: “A la delegación que ha venido de Alemania le entrego hoy también el icono de María. De ahora en adelante, juntamente con la Cruz, este icono acompañará las Jornadas Mundiales de la Juventud. Será signo de la presencia materna de María junto a los jóvenes, llamados, como el apóstol san Juan, a acogerla en su vida.” Era su testamento mariano. A partir de entonces el icono de Maria peregrina acompañando a la Cruz.
En el Angelus del 9 de abril de 2006 – XXI Jornada Mundial de la Juventud en Roma el Santo Padre Benedicto XVI anunciaba la entrega de la Cruz y el Icono de parte de los jóvenes alemanes a los jóvenes australianos. Ambos símbolos, después de varias etapas en Africa, serian acogidos en Oceanía. Y despues de viajar por 22 naciones asiáticas y de Oceanía los primeros dias de julio del 2007 los jóvenes de Nueva Zelanda finalmente entregaron ambos simbolos a los anfitriones de las Jornadas de la Juventud 2008. A partir de entonces estuvieron peregrinando por diversas diócesis de Australia.
La Cruz que ya recorrió todos los continentes espera ahora a las multitudes de jovenes entusiastas que entre el 15 y el 20 del presente mes de julio 2008 compartiran en Sydney, junto al icono de la Virgen, la celebración de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud , presidida por el Santo Padre Benedicto XVI.
«Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Hch 1,8)
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