Se acercaba el final del Año dedicado especialmente a la Santísima Virgen 1987/88 que culminaría el 15 de agosto de 1988 y el Santo Padre Juan Pablo II exhortaba a todos para que se unan a la oración incesante que el Vicario de Cristo, por intercesión de la Madre de la Iglesia, dirigia al Padre con las mismas palabras del Hijo: Ut omnes unum sint!
El 2 de julio de 1988 fue dada a conocer en Roma la Carta Apostolica “Ecclesia Dei”" en forma de “motu proprio” que comenzaba diciendo:
“La Iglesia de Dios con gran aflicción ha tenido conocimiento de la ilegítima ordenación episcopal que el arzobispo Marcel Lefebvre confirió el pasado 30 de junio, de forma que han resultado inútiles todos los esfuerzos realizados desde hace años para asegurar la comunión da la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, fundada por el mismo reverendísmo monseñor Lefebvre, con la Iglesia. En efecto, para nada han servido esos esfuerzos, tan intensos de los meses pasados, con los que la Sede Apostólica ha manifestado paciencia y comprensión hasta el límite de lo posible”.
Ante ese “acto cismático” el santo Padre alertaba sobre todo a los “obispos, por su misión pastoral, el grave deber de ejercer una vigilancia clarividente, llena de caridad y de fortaleza, de modo que en todas partes se salvaguarde esa fidelidad de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y se constituía una Comisión, “con la tarea de colaborar con los obispos, con los dicasterios de la Curia Romana y con los ambientes interesados, para facilitar la plena comunión eclesial de los sacerdotes, seminaristas, comunidades, religiosos o religiosas, que hasta ahora estaban ligados de distintas formas a la Fraternidad fundada por le arzobispo Lefebvre y que deseen permanecer unidos al Sucesor de Pedro en la Iglesia católica, conservando sus tradiciones espirituales y litúrgicas, según el protocolo firmado el pasado 5 de mayo por el cardenal Ratzinger y por el arzobispo Lefebvre”
George Weigel dice en el breve capitulo de Testigo de Esperanza referido al cisma de Lefebvre que el Papa y Joseph Ratzinger trabajaron duro y parejo para la reconciliacion sin abandonar su compromiso con el Vaticano II. Es más Juan Pablo II partidario entusiasma del Concilio y la renovación litúrgica pensó que debería haber un espacio para aquellos que querían continuar utilizando el rito pre conciliar, siempre y cuando aceptasen utilizar el Misal de Pablo VI como liturgia oficial de la Iglesia. En octubre de 1984 se emitió un permiso canónico para el uso del rito Tridentino pre Vaticano II. Se esperaba que ayudara a la reconciliación, pero no fue asi. La crisis estallo el 15 de junio de 1988 cuando el Arzobispo Lefebvre anuncio públicamente la ordenación de cuatro nuevos obispos. Los cuatro obispos fueron ordenados el 30 de junio y el 1ro de julio el cardenal Bernardin Gantin Prefecto de la Congregación para los Obispos firmó un decreto estableciendo que Lefebre habia cometido un acto cismático. El 2 de julio de 1988 Juan Pablo II emitio Ecclesia Dei.
El 2 de julio de 1988 fue dada a conocer en Roma la Carta Apostolica “Ecclesia Dei”" en forma de “motu proprio” que comenzaba diciendo:
“La Iglesia de Dios con gran aflicción ha tenido conocimiento de la ilegítima ordenación episcopal que el arzobispo Marcel Lefebvre confirió el pasado 30 de junio, de forma que han resultado inútiles todos los esfuerzos realizados desde hace años para asegurar la comunión da la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, fundada por el mismo reverendísmo monseñor Lefebvre, con la Iglesia. En efecto, para nada han servido esos esfuerzos, tan intensos de los meses pasados, con los que la Sede Apostólica ha manifestado paciencia y comprensión hasta el límite de lo posible”.
Ante ese “acto cismático” el santo Padre alertaba sobre todo a los “obispos, por su misión pastoral, el grave deber de ejercer una vigilancia clarividente, llena de caridad y de fortaleza, de modo que en todas partes se salvaguarde esa fidelidad de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y se constituía una Comisión, “con la tarea de colaborar con los obispos, con los dicasterios de la Curia Romana y con los ambientes interesados, para facilitar la plena comunión eclesial de los sacerdotes, seminaristas, comunidades, religiosos o religiosas, que hasta ahora estaban ligados de distintas formas a la Fraternidad fundada por le arzobispo Lefebvre y que deseen permanecer unidos al Sucesor de Pedro en la Iglesia católica, conservando sus tradiciones espirituales y litúrgicas, según el protocolo firmado el pasado 5 de mayo por el cardenal Ratzinger y por el arzobispo Lefebvre”
Han pasado ya muchos años y algunos pasos se fueron dando para subsanar esta herida en la Iglesia. En mi entrada anterior Oremos por la union de la Iglesia incluí un pequeño comentario.
Hoy leemos en Un gran dia para los catòlicos que podemos decir con alegria que los Redentoristas Transalpinos se encuentran ya en plena comunión con el Papa Benedicto XVI.
Hoy leemos en Un gran dia para los catòlicos que podemos decir con alegria que los Redentoristas Transalpinos se encuentran ya en plena comunión con el Papa Benedicto XVI.
En cuanto a la Fraternidad Sacerdotal de San Pio X, leemos en el mismo blog citado mas arriba que “sabemos que la Santa Sede presentó cinco condiciones, considerándolas una “preparación inmediata a la adhesión para alcanzar la plena comunión” y que estableció como plazo para la respuesta el fin del mes de junio.” No tenemos aun conocimiento de una respuesta definitiva pero las puertas no están cerradas. Indudablemente hace falta mucha oracion, paciencia y perseverancia, pues las divisiones habian sido mucho mas profundas que las comunmente conocidas, p.ej. el Arzobispo Lefebvre no aceptaba el contenido de Dignitatis Humanae ni tampoco el de Gaudium et Spes y estaba en contra del espiritu del Concilio Vaticano II y el espiritu de Asis.
George Weigel dice en el breve capitulo de Testigo de Esperanza referido al cisma de Lefebvre que el Papa y Joseph Ratzinger trabajaron duro y parejo para la reconciliacion sin abandonar su compromiso con el Vaticano II. Es más Juan Pablo II partidario entusiasma del Concilio y la renovación litúrgica pensó que debería haber un espacio para aquellos que querían continuar utilizando el rito pre conciliar, siempre y cuando aceptasen utilizar el Misal de Pablo VI como liturgia oficial de la Iglesia. En octubre de 1984 se emitió un permiso canónico para el uso del rito Tridentino pre Vaticano II. Se esperaba que ayudara a la reconciliación, pero no fue asi. La crisis estallo el 15 de junio de 1988 cuando el Arzobispo Lefebvre anuncio públicamente la ordenación de cuatro nuevos obispos. Los cuatro obispos fueron ordenados el 30 de junio y el 1ro de julio el cardenal Bernardin Gantin Prefecto de la Congregación para los Obispos firmó un decreto estableciendo que Lefebre habia cometido un acto cismático. El 2 de julio de 1988 Juan Pablo II emitio Ecclesia Dei.
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