Hoy la Iglesia recuerda a San Agustín de Hipona, conocido universalmente por sus Confesiones.
El 28 de agosto de 1986, celebrando el XVI centenario de la conversión de san Agustín, Obispo y Doctor de la Iglesia, el Santo Padre Juan Pablo II entregaba la Carta Apostólica AUGUSTINUM HIPPONENSEM a fin de evocar de nuevo la figura luminosa de quien “apenas un año después de su muerte fue catalogado como uno de los "mejores maestros de la Iglesia" [1] por mi lejano predecesor Celestino I y ha seguido estando presente en la vida de la Iglesia y en la mente y en la cultura de todo el Occidente” y agregaba “otros Romanos Pontífices y Concilios se han inspirado en sus escritos, han propuesto sus ejemplos y sus documentos doctrinales : León XIII exaltó sus enseñanzas filosóficas en la Encíclica Aeterni Patris [2]; Pío XI reasumió sus virtudes y su pensamiento en la Encíclica Ad salutem humani generis; Pablo VI afirmó que “además de brillar en él de forma eminente las cualidades de los Padres, se puede afirmar en verdad que todo el pensamiento de la antigüedad confluye en su obra y que de ella derivan corrientes de pensamiento que empapan toda la tradición doctrinal de los siglos posteriores”.
“Yo mismo he añadido – decía el Santo Padre - mi voz a la de mis predecesores, expresando el vivo deseo de que su doctrina filosófica, teológica y espiritual se estudie y se difunda, de tal modo que continúe su magisterio en la Iglesia; un magisterio, añadía, humilde y luminoso al mismo tiempo, que habla sobre todo de Cristo y del amor”.
En su ciclo de meditaciones acerca de los padres de la Iglesia - en las Audiencias Generales de comienzos de este año 2008 - el Santo Padre Benedicto XVI dedicó cinco de ellas a San Agustín.
En su ciclo de meditaciones acerca de los padres de la Iglesia - en las Audiencias Generales de comienzos de este año 2008 - el Santo Padre Benedicto XVI dedicó cinco de ellas a San Agustín.
La primera general y biográfica el 9 de enero 2008
La segunda del 16 de enero de 2008 - biográfica y comenzaba a hablar de los escritos.
La tercera del 30 de enero dedicada al tema Armonía entre fe y razón
La cuarta del 20 de febrero dedicada a las Obras de San Agustín
Y en la quinta del 27 de febrero habla de Las conversiones de san Agustín
En la tercera de las Meditaciones Benedicto XVI hizo referencia a la carta apostólica de Juan Pablo II y comento que el mismo Juan Pablo II habia definido su Carta Apostólica como «una acción de gracias a Dios por el don que hizo a la Iglesia, y mediante ella a la humanidad entera, gracias a aquella admirable conversión»
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