XV JMJ 2000 Roma-Tor Vergata Despedida
Y los cinco días que algunos habían anunciado de Apocalipsis para Roma se convirtieron en todo lo contrario: Orden, armonía, respeto…alegría contagiosa, y muestra de fe, de fe como el Santo Padre Benedicto XVI citaba en su Discurso del 26 de mayo de 2006 en Czestochowa "un contacto con el misterio de Dios", como dijo el Santo Padre Juan Pablo II (ib., 17), porque creer "quiere decir "abandonarse" en la verdad misma de la palabra del Dios viviente, sabiendo y reconociendo humildemente "cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos"
Insondables designios….inescrutables caminos que se vieron reflejados en los testimonios de muchos de los jóvenes que habían emprendido el viaje pensando quizás solo ¡Qué suerte!” para llegar a decir "Señor ten compasión de mí" y volver transformados “Seré el mismo pero no lo mismo”
regresaban a sus hogares y desde Roma, la ciudad de Pedro y Pablo, el Papa los “acompaña con su afecto y, parafraseando una expresión de Santa Catalina de Siena, os dice: «Si sois lo que tenéis que ser, ¡prenderéis fuego al mundo entero!» (cf. Cart. 368)” y ellos dispuestos a hacerlo realidad
El testimonio de Fernando ocho años después de haber participado de las Jornadas Mundiales de la Juventud Jubilares nos ofrece un - UN testimonio de los cientos y cientos, miles y miles….dos millones! de jóvenes que pudieron vivenciar esos preciosos, privilegiados momentos de “bullicio que había impresionado a Roma y Roma no lo olvidaría jamás”, rotas todas las previsiones y las estadísticas. 47º, 2.000 personas con síntomas de deshidratación o insolaciones, unos 25.000 voluntarios, seis millones de botellas de agua distribuidas a lo largo del camino de la peregrinación y en Tor Vergata; los romanos, generosos, refrescándonos con mangueras -¡cómo se agradecía!...-cuando pasábamos junto a sus casas, y reponiendo el agua de nuestras botellas; durante los días de la JMJ, la policía recogió... ¡dos denuncias! (por pérdida de unas carteras); el alcalde de Roma reconocía con gesto de asombro el respeto material a la ciudad... No han arrancado ni una flor” (ver Presentación de FdCdC)
regresaban a sus hogares y desde Roma, la ciudad de Pedro y Pablo, el Papa los “acompaña con su afecto y, parafraseando una expresión de Santa Catalina de Siena, os dice: «Si sois lo que tenéis que ser, ¡prenderéis fuego al mundo entero!» (cf. Cart. 368)” y ellos dispuestos a hacerlo realidad
El testimonio de Fernando ocho años después de haber participado de las Jornadas Mundiales de la Juventud Jubilares nos ofrece un - UN testimonio de los cientos y cientos, miles y miles….dos millones! de jóvenes que pudieron vivenciar esos preciosos, privilegiados momentos de “bullicio que había impresionado a Roma y Roma no lo olvidaría jamás”, rotas todas las previsiones y las estadísticas. 47º, 2.000 personas con síntomas de deshidratación o insolaciones, unos 25.000 voluntarios, seis millones de botellas de agua distribuidas a lo largo del camino de la peregrinación y en Tor Vergata; los romanos, generosos, refrescándonos con mangueras -¡cómo se agradecía!...-cuando pasábamos junto a sus casas, y reponiendo el agua de nuestras botellas; durante los días de la JMJ, la policía recogió... ¡dos denuncias! (por pérdida de unas carteras); el alcalde de Roma reconocía con gesto de asombro el respeto material a la ciudad... No han arrancado ni una flor” (ver Presentación de FdCdC)
Y se despedian….para reencontrarse en las JMJ de Toronto en el 2002.
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Contundente muestra de feTertulia de Amigos
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