Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 8 de febrero de 2008

Juan Pablo II y Nicaragua - 1996 a las Familias


En la homilía de la celebración eucarística para las familias que el Santo Padre Juan Pablo II celebró, durante su corta estada en Nicaragua, en el Parque Malecón el 7 de febrero de 1996, se dirigió a las familias y a toda la familia de Nicaragua refiriéndose al Evangelio de San Juan «Hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Este y sus discípulos también fueron invitados» (Jn 2, 1-2).
Tambien el era allí un invitado y venia a una Nicaragua en circunstancias muy distintas de la anterior 13 años atrás. Al clamor de entonces: «¡Queremos la paz! », respondía con un nuevo clamor: María, Reina de la paz, te damos gracias por la paz y la libertad de que gozan los países de América Central.
Habian cambiado muchas cosas y este fue un verdadero encuentro. Habia vuelto la paz, que debería seguir siendo conquistada. Desde alli, la capital de Nicaragua, saludaba
a todos los países de esta área, y auguro una paz duradera y un desarrollo progresivo para estas Naciones, así como deseo para la Iglesia que desde hace siglos está presente en ellas, que pueda seguir llevando a cabo más eficazmente su labor evangelizadora. Venia con el deseo que “la palabra de Dios, al habitar en cada hogar, consolide la vida de fe de esta comunidad humana fundamental, de esta verdadera familia”, creando la necesidad – “como señala el Apostol - de una atmósfera de amor y de paz, en la que los hombres puedan desenvolverse felizmente y educar a sus propios hijos. El futuro de las naciones y de las culturas pasa ante todo por la familia”
Les recordó tambien su Carta a las Familias con el deseo “que no sólo cada familia, sino toda vuestra familia nacional de Nicaragua, halle en la liturgia de hoy luz para un comportamiento adecuado en esta etapa de su historia”.


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