Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 18 de febrero de 2008

La muerte del «señor Capitán» Karol Wojtyla


El 18 de febrero de 1941 moría el «señor Capitán» Karol Wojtyla (padre) como conocían en Wadowice al padre de Karol Josef Wojtyla. Era un caballero de los de antes, con una gran cultura y al que le apasionaba la investigación histórica. En apariencia austero y severo, pero con ademanes corteses y educados. Tenía el pelo entrecano y bigote. De joven había sido sastre, luego fue oficial de carrera en los servicios administrativos del ejército austro-hungaro y más tarde en el polaco. Después de la muerte de Emilia, su esposa y madre de Karol, su padre ya jubilado, se iba a dedicar por completo a su hijo. Cuando no comían en el mesón que había en la planta baja de la casa el padre se encargaba de preparar la cena, lavar los platos, hacer la limpieza. Aprovechó sus antiguos uniformes para confeccionarle un traje a Karol. Hacía de padre y de madre. Siempre cerca de el, le ayudó en los estudios. Le enseño a vivir y a rezar, a contemplar el misterio de Dios. ….Juntos leian la Biblia, rezaban el rosario.

Tambien jugaban al fútbol en el salón con un balón de trapo. Y cuando venia Jerzy, el amigo judío de Karol, el «señor Capitán» sacaba sus libros de Historia para narrarles los tiempos heroicos de Polonia o les leía poesías. Karol tenia una particular deuda de gratitud con su padre, sobre todo por el modo en que le habia ayudado en la maduración de su fe religiosa, sin condicionarlo ni forzarlo jamás. Pero no todo fué tan plácido para aquellos niños que habian nacido cuando Polonia habia reconquistado su libertad y vivía con relativa despreocupación. Y a la familia Wojtyla le esperaba otro golpe familiar la muerte del hijo mayor, hermano de Karol. Después llego la discriminación a los judios, el boicot económico hacia ellos, los choques entre judios y antisemitas.. La situación se complicó en 1938. Karol padre y Karol hijo se mudarían a Cracovia, a la casa de parientes y juntos enfrentarían parte de la monstruosa maquinaria nazi de la guerrra, la huida de la ciudad, el regreso, la ocupación. Poco a poco su padre iba perdiendo fuerzas. (fuente Historia de Karol de Gian Franco Svidercoschi)

En Don y Misterio el mismo recuerda “perfectamente aquel día: al volver del trabajo encontré a mi padre muerto”. Se habia quedado sólo. Recuerda esos difíciles años de su vida y su camino hacia el sacerdocio, comenzada en ese seminario doméstico que era su familia en Wadowice y expresa “la preparación para el sacerdocio, recibida en el seminario, fue de algún modo precedida por la que me ofrecieron mis padres con su vida y su ejemplo en familia. Mi reconocimiento es sobre todo para mi padre, que enviudó muy pronto. No había recibido aún la Primera Comunión cuando perdí a mi madre: apenas tenía 9 años. Por eso, no tengo conciencia clara de la contribución, seguramente grande, que ella dio a mi educación religiosa. Después de su muerte y, a continuación, después de la muerte de mi hermano mayor, quedé solo con mi padre que era un hombre profundamente religioso. Podía observar cotidianamente su vida, que era muy austera. Era militar de profesión y, cuando enviudó, su vida fue de constante oración. Sucedía a veces que me despertaba de noche y encontraba a mi padre arrodillado, igual que lo veía siempre en la iglesia parroquial. Entre nosotros no se hablaba de vocación al sacerdocio, pero su ejemplo fue para mí en cierto modo el primer seminario, una especie de seminario doméstico….
El estallido de la guerra me alejó de los estudios y del ambiente universitario. En aquel período perdí a mí padre, la última persona que me quedaba de los familiares más íntimos. También esto suponía, objetivamente, un proceso de alejamiento de mis proyectos precedentes; en cierto modo era como desarraigarse del suelo en el cual hasta ese momento había crecido mi humanidad. Pero no se trataba de un proceso únicamente negativo. En efecto, en mi conciencia contemporáneamente se manifestaba cada vez más una luz: el Señor quiere que yo sea sacerdote. Un día lo percibí con mucha claridad: era como una iluminación interior que traía consigo la alegría y la seguridad de una nueva vocación. Y esta conciencia me llenó de gran paz interior”.
Svidercoschi, Gian Franco: HISTORIA DE KAROL, Edicionoes Internacionales Universitarias, Madrid 2003

6 comentarios:

Escuela para Padres Saint Clare dijo...

Ljudmi:
Gracias por este pasaje de la autobiografía de nuestro amadísimo JPII...
Definitivamente nos hace ver qué papel tan importante jugamos los padres en la vida de nuestros hijos.

Maria (Costa Rica)

Ludmila Hribar dijo...

Pues claro Maria importante es poco, importantísimo, diría vital. Demasiados malos ejemplos tenemos hoy en dia ante nuestros ojos en todas partes. Aunque solo fuese por pragmatismo las familias deberían ser consideradas verdaderos tesoros para un país y su futuro. Un abrazo Maria y muchas gracias por el comentario.

AleMamá dijo...

Saludos, Ljudmila, pasaba a saludar a las amigas. estoy de regreso en casa y con mucho que aterrizar aún.
Un besote, ¿mucho calor? lo que es yo, chorreo, ufffff, qué feo e incómodo es...

icue dijo...

ljudmila.
Leyendo la vida del "Señor Capitan"
Karol, entiende uno que el hijo saliera como salió, esa escuela dura y exigente es la que forma a las personas, y hace que luego en la vida den el testimonio que nos dió nuestros gran Juan Pablo.
No hay duda de que Dios concedió a Juan Pablo unos dones especiales, pero la base el cimiento de su formación nació en su hogar.
Con cariño

Ludmila Hribar dijo...

Bienvenida a casa alemama. Imagino todo lo que tienes pendiente ;) Calor por aqui tambien,demasiado. Un verano record.

Ludmila Hribar dijo...

Gracias Icue por tu comentario. Indudablemente la Divina Providencia hizo lo suyo ;) con Juan Pablo II con la colaboración de esos firmes cimientos terrenos de su hogar, su iglesia doméstica. El mismo diria que su semnario comenzó alla en Wadowice en el seno de su familia. Pero cuanta importancia tiene la educación familiar, tan mal atendida en el mundo de hoy muchas veces por comodidad y egoismo. Un abrazo.