Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 12 de noviembre de 2007

San Albert-Adam Chmielowski (1845-1916)

Aunque para Juan Pablo II, como Pastor de toda la Iglesia, "el buen pastor da su vida por las ovejas" (Jn 10,11) todos sus miembros eran ovejas del mismo rebaño no habrá podido evitar una emoción muy particular al canonizar el 12 de noviembre de 1989 a quien ocupara “un puesto preferente en mi recuerdo, y más aun, en mi corazón, fra Albert-Adam Chmielowski (1845-1916) de Cracovia…..para mi era una figura admirable. Espiritualmente me sentía muy unido a él. Escribí sobre él un drama que titulé “Hermano de nuestro Dios”. Su personalidad me fascinaba. Vi en el un modelo para mí….su historia me ayudó mucho a abandonar el arte y el teatro y para entrar en el seminario…” (LEVANTAOS, VAMOS!) p 167-168
“Hermano de nuestro Dios” toma como referencia la vida de Adam Chmielowski, (1848-1916), el San Francisco polaco del siglo XX, padre de los pobres, aristócrata, estudiante de bellas artes, héroe de guerra, que se dedicó a la pintura y a los pobres y tomó los hábitos en 1887, culminando así la historia de una profunda transformación interna. Fué fundador de la Congregación de los Hermanos de la Orden Tercera de San Francisco, Siervos de los Pobres o Albertinos. En 1891 fundó la rama femenina de la misma congregación (Albertinas),


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