El 5 de noviembre de 1978, por la tarde, en el primero de sus 144 viajes por Italia Juan Pablo II se trasladó en helicóptero a Asís. “Deseo dedicar este domingo a los Santos Patronos de Italia”, había dicho en las palabras del Ángelus. Asistió a una Misa concelebrada en la Basílica, oró ante los restos del Pobrecillo de Asís, objetivo principal del viaje, y, desde un balcón, habló a la inmensa multitud reunida ante la basílica.
……….Dado que no nací en este suelo, siento más que nunca la necesidad de un “nacimiento” espiritual en él. Por eso vengo este domingo como peregrino a Asís, a los pies del Santo “Poverello” Francisco, que escribió con caracteres incisivos el Evangelio de Cristo en el corazón de los hombres de su tiempo. ….
……Os diré que, siendo arzobispo de Cracovia, vivía cerca de una antiquísima iglesia franciscana (S. Francisco de los Conventuales) y que de vez en cuando iba allí a rezar, a hacer el Vía Crucis, a visitar la capilla de la Virgen Dolorosa. ¡Momentos inolvidables para mi! No se puede menos que recordar aquí que precisamente de este magnífico tronco de la espiritualidad franciscana brotó el Beato Maximiliano Kolbe, Patrón especial de nuestros difíciles tiempos. Y no puedo dejar de recordar que precisamente aquí, en Asís, en esta basílica, el ano 1253, el Papa Inocencio IV proclamó Santo al obispo de Cracovia, el mártir Estanislao, ahora Patrono de Polonia, del que yo era hasta hace poco indigno sucesor…...Por eso hoy, al poner pie aquí por primera vez como Papa, en el manantial de este gran soplo del Espíritu, de este maravilloso renacimiento de la Iglesia y de la cristiandad en el siglo XIII, que va unido a la figura de San Francisco, mi corazón se abre hacia nuestro Patrón y grita:
Tú, que acercaste tanto a Cristo a tu época, ayúdanos a acercar a Cristo a la nuestra, a nuestros tiempos difíciles y críticos. ¡Ayúdanos!Estos tiempos esperan a Cristo con gran ansia, por más que muchos hombres de nuestra época no se den cuenta.Nos acercamos al año 2.000 después de Cristo. ¿No serán tiempos que nos preparen a un renacimiento de Cristo, a un nuevo Adviento?Nosotros manifestamos cada día en la plegaria eucarística nuestra esperanza, dirigida a Él solo, Redentor y Salvador nuestro, a Él que es cumplimiento de la historia del hombre y del mundo.Ayúdanos, San Francisco de Asís, a acercar a Cristo a la Iglesia y al mundo de hoy.Tu, que has llevado en tu corazón las vicisitudes de tus contemporáneos, ayúdanos, con el corazón cercano al corazón del Redentor, a abrazar las vicisitudes de los hombres de nuestra época: los difíciles problemas sociales, económicos, políticos, los problemas de la cultura y de la civilización contemporánea, todos los sufrimientos del hombre de hoy, sus dudas, sus negaciones, sus desbandadas, sus tensiones, sus complejos, sus inquietudes...Ayúdanos a traducir todo esto a un lenguaje evangélico sencillo y provechoso.Ayúdanos a resolver todo en clave evangélica, para que Cristo mismo pueda ser «Camino-Verdad-Vida» para el hombre de nuestro tiempo.Asi te lo pide a Ti, hijo santo de la Iglesia, hijo de la tierra italiana, el Papa Juan Pablo II, hijo de la tierra polaca. Y espera que no se lo niegues, que le ayudaras. Has sido siempre bueno y te has apresurado siempre a ayudar a cuantos a Ti se han dirigido.
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