La tercera etapa conciliar del Concilio Vaticano II, iniciada el 14 de septiembre de 1964 con las palabras del Santo Padre Pablo VI “Ha llegado la hora en que la verdad sobre la Iglesia de Cristo debe ser analizada, ordenada y expresada” concluia el 21 de noviembre de 1964. El dia de la clausura fue dada a conocer la Constitución Dogmática “Lumen Gentium”.
Juan Pablo II comenta en “Levantaos, Vamos” "El concilio fué un gran acontecimiento, y para mí, una experiencia inolvidable. Volví muy enriquecido. Al regresar a Polonia escribí un libro.... "En las fuentes de la renovación. Estudio sobre la actuación del concilio Vaticano II", publicado en Cracovia en 1972. El libro queria ser tambien una especie de ex-voto de gratitud por lo que la divina gracia, mediante la asamblea conciliar, habia obrado personalmente en mi como obispo".
En otro apartado refiriéndose a Lumen Gentium especificamente dice «La historia de la salvación es la historia de todo el Pueblo de Dios y esta historia pasa a traves de la vida de las personas individuales, concretándose nuevamente en cada una de ellas. El significado esencial de la santidad consiste en esto: en que siempre es una santidad personal. Esto es confirmado por la llamada “universal” a la santidad. Todos los miembros del Pueblo de Dios son llamados, pero cada uno de ellos es único e irrepetible».
O sea todos estamos llamados a ser Iglesia, Iglesia verdadera, sincera, profunda, hermana de todos. Cada uno es responsable, a su vez , de llegar a ser santo, responsabilidad compartida en cuanto es extensiva a todos los miembros del pueblo de Dios y a todos aquellos que aun no son ovejas de su rebaño, para que ellos también lleguen a conocer la Verdad, que es Luz y Vida. Acudamos a Maria, Madre de la Iglesia, «miembro muy eminente», «prototipo» y «modelo» de la Iglesia» que la «La Iglesia católica, instruida por el Espíritu Santo, honra como a madre amantísima con sentimientos de piedad filial» Lumen gentium 53) para que nos guíe y acompañe en tan excelsa misión.
O sea todos estamos llamados a ser Iglesia, Iglesia verdadera, sincera, profunda, hermana de todos. Cada uno es responsable, a su vez , de llegar a ser santo, responsabilidad compartida en cuanto es extensiva a todos los miembros del pueblo de Dios y a todos aquellos que aun no son ovejas de su rebaño, para que ellos también lleguen a conocer la Verdad, que es Luz y Vida. Acudamos a Maria, Madre de la Iglesia, «miembro muy eminente», «prototipo» y «modelo» de la Iglesia» que la «La Iglesia católica, instruida por el Espíritu Santo, honra como a madre amantísima con sentimientos de piedad filial» Lumen gentium 53) para que nos guíe y acompañe en tan excelsa misión.
Después de haber escrito esta entrada descubrí la Conferencia del Cardenal Joseph Ratzinger sobre la Eclesiologìa de la “Lumen Gentium” pronunciada en el Congreso Internacional sobre la aplicación del Concilio Vaticano II, disponible completa.
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