Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 15 de noviembre de 2007

Adios Polonia para "Aprender Roma"

Estaba pensando en un comentario pero me pareció mucho más interesante, más íntimo y más justo escucharlo directamente a él, asi que aquí va un pequeño trozo de las propias palabras de Karol Wojtyla en DON Y MISTERIO, solo aclaro que la fecha de partida de su querida Polonia hacia el desafiante, impredecible fascinante mundo, comenzando por Roma, fue el 15 de noviembre de 1946.
……“Noviembre pasaba de prisa: era ya el tiempo de partir hacia Roma. Cuando llegó el día establecido, subí al tren con gran emoción. Conmigo estaba Stanislaw Starowieyski, un compañero más joven que yo, que debía realizar todo el curso teológico en Roma. Por primera vez salía de las fronteras de mi Patria. Miraba desde la ventanilla del tren en marcha ciudades que conocía únicamente por los libros de geografía. Vi por primera vez Praga, Nuremberg, Estrasburgo y París, donde nos detuvimos siendo huéspedes del Seminario Polaco en la "Rue des lrlandais''. Reemprendimos pronto el viaje, porque el tiempo apremiaba y llegamos a Roma los últimas días de noviembre. Aquí aprovechamos inicialmente la hospitalidad de los Padres Palotinos. Recuerdo que el primer domingo después de la llegada me acerqué, junto con Stanislaw Starowieyski, a la Basílica de San Pedro para asistir a la solemne veneración de un nuevo Beato por parte del Papa. Vi desde lejos la figura de Pío XII, llevado en la silla gestatoria. La participación del Papa en una Beatificación se limitaba entonces a la recitación de la oración al nuevo Beato, mientras que el rito propiamente dicho era presidido en la mañana por uno de los cardenales. Esta tradición se cambio a partir de Maximiliano María Kolbe, cuando en octubre de 1971 Pablo VI ofició personalmente el rito de Beatificación del mártir polaco de Auschwitz, durante una Santa Misa concelebrada con el Cardenal Wyszynski y con los obispos polacos, en la cual yo también tuve el gozo de participar.
"Aprender Roma"
No podré olvidar nunca la sensación de mis primeros días "romanos" cuando en 1946 empecé a conocer la Ciudad Eterna. Me inscribí en el "biennium ad lauream" en el Angelicum……”

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