Se cumplen 10 años de la visita de Juan Pablo II (21 al 25 de enero 1998) a la isla de Cuba «la más hermosa que ojos humanos han visto». Venía “como peregrino del amor, de la verdad y de la esperanza, con el deseo de dar un nuevo impulso a la labor evangelizadora”…. pidiendo “Que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba, para que este pueblo, que como todo hombre y nación busca la verdad, que trabaja por salir adelante, que anhela la concordia y la paz, pueda mirar el futuro con esperanza”
La visita de Juan Pablo II a Cuba fue uno de sus viajes que segui con más interés, casi con pasión, mucho antes de ver con los ojos que veo hoy. Recuerdo la inmensa alegria de la gente, ese espiritu que parecia abrazar a todos los que estaban mas alla de la pantalla. Era como un terremoto, una explosión de fe y esperanza , que removió espiritus y corazones …. han pasado 10 años y los tan ansiados cambios son lentos, si bien no se puede decir que no existen. Cuba sigue aislada y prevalecen mayormente los intereses económicos de unos y otros, pero lo que más duele es que a nosotros nos está dado darnos cuenta de ello y quizás muchos cubanos, cansados de tanto andar, ni siquiera sienten la necesidad de seguir buscando la verdad...
La transición de regimenes de tantos años en el poder es un proceso largo y complejo, pero posible...lo fué en Polonia y también en otros muchos países que despues de tantos años bajo dominio comunista han encontrado su camino...si bien no de repente es verdad, y aun siguen perfeccionando la senda. Porque no habría de lograr este miramiento aún imperfecto tambien Cuba, sin odios ni rencores hacia su propio pasado y el ajeno, uniendo las fuerzas internas y externas con la humildad de un pueblo sufrido, furzas conjuntas que dotadas de comprensión y amplitud de espíritu posibilitaran la realización de tantos sueños postergados...en su propio terruño, su hogar... sin dejar atrás el pasado sino aprendiendo de él.
Juan Pablo II habia compartido con los cubanos intensos momentos de oración y de reflexión y al partir se llevaba un recuerdo imborrable de esos días y una gran confianza en el futuro de su Patria. Les pedia que lo construyeran con ilusión, guiados por la luz de la fe, con el vigor de la esperanza y la generosidad del amor fraterno, creando un ambiente de mayor libertad y pluralismo, con la certeza de que Dios los alma intensamente y permanece fiel a sus promesas. En efecto, «si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres» (1Tm 4, 10).
Llovía cuando partía y esa lluvia queria él que pudiese significar un nuevo Adviento….toda la Iglesia está llamada a rezar para que así sea.
Invito visitar:
2 comentarios:
Gracias, amiga por tu pésame por la muerte de mi viejo. Tus oraciones me interesan mucho; reza por él, por favor, uno nunca sabe cuánto ni hasta cuando las necesitará.
Ten confianza alemamá en la oración se centra la esperanza. Te prometo mis oraciones por él.
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